Pobreza, hambre y enfermedad, factores que facilitan la trata.
La trata de personas, expresión de extrema violencia, es una de las acciones criminales más clandestinas y difíciles de identificar, en particular por la falta de denuncias por parte de las víctimas –en su mayoría mujeres, niñas y personas de la diversidad sexual–, además de la corrupción, aseveró Mario Luis Fuentes Alcalá, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo.
El también titular de la Catedra Extraordinaria Trata de Personas señaló que una parte importante de la población, por su condición de pobreza, desigualdad, discriminación y falta de garantías de sus derechos más elementales, es vulnerable y sujeta a ser explotada por los tratantes de personas.
Enfatizó que la pobreza, el hambre y la enfermedad son factores que permiten a los tratantes enganchar a sus víctimas por medio de diversos métodos como el enamoramiento u ofrecimiento de empleo, el engaño y abuso de poder.
Asimismo, expuso que a pesar de que en el país se cuenta con una ley general sobre el tema, y una serie de instituciones públicas encargadas de hacer justicia y reparar daños, éstas se encuentran totalmente minadas porque no se les asigna el presupuesto suficiente.
México es un país de origen, tránsito y destino de víctimas de trata; sin embargo, se desconocen las cifras en torno al número de personas sometidas a este delito, por ser tan variantes y porque es uno de los crímenes más oscuros y difíciles de identificar.
Resaltó que la reintegración social de las víctimas de trata, una vez que son rescatadas y por ser personas sumamente lastimadas, requiere de un diagnóstico y tratamiento complejo y de largo alcance en las áreas psicológica y física, y también en el ámbito jurídico, para continuar con su reintegración en un ambiente en el que se respeten sus derechos fundamentales y tengan un empleo, por ejemplo.
Sin embargo, el país carece de las instancias para restaurar, proteger y reintegrar a las víctimas de este fenómeno delictivo; no hay albergues, ni procesos para que una persona, que a su corta edad (niñas y jóvenes) fue sometida a años de explotación, pueda generar capacidades para una vida autónoma e independiente, puntualizó.
Migraciones, pandemia…
Esclavitud, prostitución, explotación laboral, mendicidad forzada, uso de personas en actividades delictivas y la adopción ilegal, son algunas de las modalidades de trata de personas en este fenómeno delictivo también presente en las migraciones. Las personas desplazadas llegan a lugares donde el abuso ya no sólo es por parte de las autoridades o el crimen organizado, sino también de quienes las utilizan como servidumbre en muchos lugares del sur-sureste del territorio nacional, sin derechos ni garantía de nada.
Igualmente, destacó que debido al confinamiento por la pandemia las redes sociales constituyen un instrumento para reclutar víctimas. En esa enorme complejidad, los jóvenes exponen su vida privada en búsqueda de una relación de cualquier índole, lo que podría derivar en explotación sexual, mediante la seducción o un proceso brutal de sometimiento de voluntades. Lamentablemente las redes sociales no son instrumento de denuncia.
No sólo las personas pobres son susceptibles a ser involucradas en la trata, sino también aquellos jóvenes que viven el aislamiento, la soledad o las adicciones. No se trata sólo del enganche y la explotación, sino de despojar a una persona de su humanidad, su voluntad y autonomía, para volverla un elemento al que se le puede poner precio, cosificar y trasladar de un lado a otro o explotar hasta el límite de su vida.
En ese sentido, comentó que la Cátedra Extraordinaria de Trata de Personas constituye uno más de los instrumentos de reflexión de la Universidad para hablar de las violencias. Como parte de ello, se puso en marcha la quinta edición del Diplomado en Línea sobre Trata de Personas, actividad académica a la que se inscribieron 407 personas de 16 países tanto de México, como de Sur y Centroamérica, así como de Europa, en particular de España.
Una de las dimensiones más complejas de esta quinta edición es que se debe articular el impacto de la Covid en las violencias en general, dirigidas a mujeres, niñas y niños, cuyas cifras se han elevado durante el confinamiento, condición que desarrolló mayor vulnerabilidad en estos grupos.
Dicho diplomado se imparte en el marco de un convenio de colaboración firmado entre la Universidad, la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Instituto Nacional de Migración, la Organización Internacional del Trabajo y la Agencia de la ONU para los Refugiados.
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Con información de UNAM https://www.gaceta.unam.mx/trata-de-personas-accion-clandestina-dificil-de-identificar/