Aida Escudero forma parte del turno de abogados de oficio de Sevilla, siendo una de las letradas integrantes en la asistencia a víctimas de delitos de violencia de género. También compagina el trabajo de su despacho con la colaboración en asociaciones y la impartición de clases de Derecho. Señala que el maltrato siempre empieza de forma psicológica y sutil. Reclama a los medios que divulguen otros supuestos de violencia que no se centre exclusivamente en los asesinatos a mujeres y las manadas. Alerta del sufrimiento de los hijos menores, algunos de los cuales se convierten en colaboradores activos de sus padres agresores porque es la conducta que han aprendido. Insiste en la importancia de contar con una red de apoyo para poder salir del círculo de la violencia
P- Cuando atiende a víctimas de violencia de género, ¿qué perfil presentan?.
R- Las víctimas de violencia de género a las que asisto tienen en común el miedo, la angustia y el desasosiego que presentan, por lo demás son mujeres de lo más diversas, cada una con su propia personalidad y trayectoria de vida; las hay con estudios, sin estudios; con hijos, sin hijos; jóvenes, mayores; con más recursos económicos, con menos; con trabajo, sin trabajo; en situación de exclusión social, con buena posición social… . En ese sentido no podría hablarse de un perfil de mujer maltratada.
P- ¿Por qué motivos suelen acudir las mujeres a su despacho?
R- El motivo principal por el que acuden a mi despacho o interponen denuncia es porque se ha producido algún hecho que actúa para ellas como detonante y las hace dar el paso. Los supuestos más frecuentes son las amenazas de muerte (en muchos casos con armas blancas), vejaciones (los insultos más frecuentes que reciben de los maltratadores son ” puta, zorra, guarra…”), retenciones en el domicilio (encerrándolas bajo llave y quitándoles el móvil y la documentación), control (del móvil, correos electrónicos, redes sociales…), persecuciones (para saber en cada momento dónde están, con quién y qué hacen, ya que el maltratador frecuénteme recrimina a la víctima tener “supuestas” relaciones con otros hombres), etcétera. En la mayoría de los casos estas actuaciones delictivas llevadas a cabo por los maltratadores se producen en la intimidad del domicilio familiar o del domicilio de la víctima -lejos de la vista de testigos- y en presencia de los hijos menores de la mujer.
P- El Tribunal Supremo en una sentencia del pasado mes de julio ha condenado el “silencio cómplice” que sufren las víctimas de violencia machista por parte de su entorno, lo que las lleva a una situación de “soledad” ante la “falta de apoyo y ayudas” que, unida a la “presión” del círculo de agresor, actúan como “una losa” para denunciar. ¿Qué opina al respecto?
R- Se trata de un pronunciamiento muy importante del TS, ya que uno de los grandes problemas que sufren las mujeres víctimas de violencia machista es el aislamiento en el cual se encuentran y contar con una red de apoyo es fundamental para poder salir del círculo la violencia. Es necesario que los familiares, amigos, compañeros de trabajo y vecinos presten apoyo a las víctimas y las ayuden, así como que denuncien los actos de violencia de los que tengan conocimiento.
P- Es una sentencia del TS en la que rebaja la condena que le impuso el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco a un hombre que agredió sexualmente a su pareja, tras haberla maltratado en anteriores ocasiones, algo que la mujer víctima ocultó previamente. El Supremo, no obstante, deja constancia de que “la falta de denuncia de hechos previos por la víctima no puede convertirse en dudas acerca de su credibilidad por su denuncia tardía”, cuando coexisten dos variantes como el silencio de la familia y los amigos así como la presión del círculo del agresor. ¿Cómo es posible hoy en día que el entorno familiar de la víctima intente, en ocasiones, ocultar o silenciar el infierno que vive su hija, su hermana, su sobrina o su nieta?
R- Un maltratador siempre busca aislar a la víctima de sus familiares y amistades, intenta que la mujer se relacione lo mínimo posible con otras personas, le hace creer que sólo él se preocupa por ella, lo cual da lugar a que en muchas ocasiones la víctima se quede sola y nadie conozca el infierno por el que está pasando. En otras ocasiones, por desgracia, la familia y personas cercanas a la mujer sí tienen conocimiento de la situación por la que ésta está atravesando, pero prefieren apartarse para evitar conflictos con el maltratador e incluso pueden llegar a culpabilizar a la víctima de la situación por la que está atravesando, ya que consideran que la mujer está viviendo la vida que ha elegido con el hombre que quiere y que debe ser ella sola quien dé el paso, de apartarse de él, lo cual es un error dado que la víctima suele encontrarse en tal situación de vulnerabilidad, aislamiento, dependencia de su maltratador y anulación como persona que es muy difícil que pueda dar el paso sola y sin contar con ayuda y apoyo.
P- En su trabajo habitual, ¿se han dado casos donde el círculo del agresor presiona a la mujer para que no denuncie?
R- Esto ocurre en muchísimos casos, me encuentro con agresores que amenazan con represalias o que prometen “cambiar” para evitar que la mujer denuncie o para conseguir que ésta retire la denuncia, y me encuentro también con que familiares y amigos y amigas del maltratador presionan a la mujer para evitar que denuncie, para que retire la denuncia o para que no declare, llegando la actuación de estas personas a ser constitutiva de delito. Me refiero a casos de amenazas, hostigamiento, utilización de los hijos o hijas menores…, a veces hasta se han atrevido a dirigirse a mí de manera amenazante y con insultos.
P- Una vez que la mujer decide poner una denuncia por maltrato de su pareja, ¿suele posteriormente retirarla si no dispone de otra vivienda alternativa donde marcharse, ya que puede existir un riesgo evidente de agresión por parte del maltratador con el que convive?
R- En ocasiones cuando una mujer da el paso de interponer denuncia y solicita una orden de protección y ésta le es denegada, si no cuenta con recursos económicos y una red de apoyo y no puede irse a vivir a otro domicilio distinto del domicilio familiar en el que convive con el maltratador, tiene que tomar la decisión de ingresar en una casa de acogida o de volver a su domicilio con el maltratador. Este último caso provoca, sin duda, que la mujer por miedo y para evitar represalias, retire la denuncia y continúe viviendo con su maltratador.
P- ¿Como último recurso, la opción es irse a casas de acogida?
R- Las casas de acogida son un recurso necesario y la mujer debe ingresar en una de ellas cuando lo considere oportuno y especialmente en aquellos casos en los que se encuentra en una situación de riesgo para su vida. Mi opinión particular es que lo fundamental es conseguir que la víctima tenga una importante red de apoyo y una adecuada respuesta institucional para que pueda continuar con normalidad su vida donde ella libremente elija, ya que la pieza que falla es el maltratador y es a él a quien hay que alejar de la víctima, antes que optar por apartar a la mujer y a sus hijos de su entorno.
P- Dentro de la violencia de género, el asesinato es el delito más grave. El pasado julio se han cometido en España 9 crímenes a manos de maridos o ex parejas y las estadísticas oficiales indican que es el mes más sangriento del año. La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género no especifica cuáles son las causas que impulsan a determinados hombre a quitar la vida a las mujeres. Parece ser, según difunden los medios de comunicación, que los móviles más frecuentes están motivados por las separaciones o rupturas matrimoniales.
R- El maltratador considera que la víctima es de su propiedad y su deseo de dominación da lugar a que no esté dispuesto a aceptar que la mujer piense o actúe libremente, por ello es frecuente que algunos hombres ataquen de forma violenta a las mujeres. Sin duda, cuando la mujer toma la decisión de separarse de su maltratador éste -desde su deseo de dominación y de evitar que su esposa o pareja pueda decidir libremente estar sola o con otro hombre-, a veces es incluso capaz de llegar a matarla al grito de “o conmigo o con nadie más”.
P- Los medios de comunicación publican mayoritariamente estos crímenes, pero según me comenta se producen más frecuentemente otros delitos graves de violencia de género que no tienen la misma repercusión e incluso son totalmente desconocidos por la sociedad. ¿Podría citarnos algunos de estos casos en los que usted ha trabajado y que no interesan tanto a la prensa?
R- A modo de ejemplo le puedo citar varios ocurridos en Sevilla capital:
- Un maltratador que entró en casa de su ex mujer (allanamiento) y la amenazó de muerte, con dos cuchillos que cogió de la cocina, porque se había enterado de que ésta estaba iniciando una relación sentimental con otro hombre.
- Un maltratador que obligaba mediante actos violentos a que su mujer le realizara felaciones, lo que dio lugar a intentos de suicidio de ésta. Se le denegó la orden de protección porque no había indicios de determinados delitos ni riesgo objetivo para la víctima.
- Un maltratador que profería continúas palizas en la vía pública a su pareja, los dos son indigentes y drogadictos. En este caso, la gente sí se implicó y llamó a la Policía.
- Un maltratador que clavó a su pareja un cuchillo en el brazo en el domicilio familiar delante de los menores.
- Un maltratador que intentó asfixiar a su mujer con las manos en el sofá del domicilio familiar, teniendo que interponerse el hijo menor para evitarlo.
- Un maltratador que incumplía la prohibición de comunicación con su ex pareja, remitiéndole desde la cárcel cartas al domicilio familiar y utilizando como destinatarios formales a los hijos menores para saltarse los controles de prisión. Este hombre está condenado en conformidad por el quebrantamiento y por el maltrato psicológico a menores.
El siguiente caso aconteció en San José de la Rinconada. Se trata de un maltratador que alquiló un coche para perseguir a su ex pareja sin ser reconocido, que ofreció dinero a diversas personas de Las Tres Mil Viviendas para que secuestraran a su ex mujer y la retuvieran en una casa a las afueras del municipio hasta que ésta aceptara retomar la relación y si no lo hacía rociarla con ácido en la cara, y que llegó a simular el secuestro de su propio hijo para forzar así un acercamiento con la víctima. El juez condenó en Primera Instancia a este individuo a dos años por vejaciones, por un 153, por secuestro y simulación de secuestro de su hijo, pero lo tenemos recurrido en apelación. Actualmente se encuentra en libertad.
P- Por lo que me cuenta los hijos menores son también grandes sufridores de la violencia machista.
R- Sí, porque viven en el entorno de la víctima y lo sufren. Normalmente siempre están en el domicilio familiar presenciando o escuchando episodios de violencia. Llevo actualmente varios asuntos que afectan a niños y están en tratamiento psicológico porque han vivido cosas terribles. Por desgracia, los niños aprenden estas conductas y en muchos casos repiten los roles. En concreto un niño que hacía dibujos donde el padre aparecía con pistolas y clavándole cuchillos a la madre, tenía comportamientos machistas con sus compañeras del colegio. Conozco directamente casos de menores que se han convertido en colaboradores activos de sus padres agresores.
P- ¿Los procedimiento penales por violencia contra la mujer son lentos?
R- Los procedimientos penales en general son lentos debido a la falta de medios, y los procedimientos penales de violencia de género por desgracia no son una excepción. En caso de que el asunto se tramite como un procedimiento abreviado o como un sumario, lo normal es que transcurran varios años antes de la celebración de la vista oral; si bien, hay que tener en cuenta que si el maltratador se encuentra en prisión provisional, al tratarse de una causa con preso, el asunto se tramita con mayor rapidez y si el asunto se ha tramitado como diligencias urgentes o como delito leve suele concluir con mayor rapidez.
P- En lo que va de año se ha incrementado el número de asesinatos de mujeres. Hay casos en los que las denuncias previas y las órdenes de alejamiento no han servido para nada, como fue el caso del crimen de Carmen Vázquez Cereijo, la mujer de 47 años que fue acuchillada por su ex marido en Villalba (Lugo) el pasado 22 de julio. ¿Es ineficaz la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género?
R- No considero que la ley en sí sea ineficaz, lo que ocurre es que hay que traducirla a una realidad. Considero que tenemos buenas leyes, de hecho somos un país referente, el problema de la violencia de género sin duda tiene su origen en el patriarcado, se trata de una cuestión educacional, por tanto si no invertimos en educar en igualdad no sirve de nada que tengamos las mejores leyes y los mejores medios.
P- Ya, pero algo debe fallar en esta ley cuando se producen casos como el ya comentado o el crimen de Los Pajaritos, cometido en octubre de 2018, en el que un hombre asesinó a su ex pareja Fátima de 36 años, pero previamente fue absuelto en el año 2017 por maltratarla.
R- Cuando hay absolución es por falta de pruebas y no conseguimos acreditarlas, o bien porque la víctima retira la denuncia por miedo o porque se acoge a su derecho a no declarar. Es decir, si hemos llegado a procesar a este hombre es que la ley se ha aplicado, con lo cual no es un problema de la ley. Si el juez considera que no hay pruebas suficiente se aplica el principio “in dubio pro reo”. El Estado español es demasiado garantista y a veces eso es malo. No obstante, tenemos un principio rector en la ley de Enjuiciamiento Criminal que dice que es preferible absolver a alguien que pueda ser autor de un delito antes que condenar a un posible inocente. Conozco el caso de un individuo que tiene prohibido comunicarse y acercarse a su ex pareja, mi clienta, pero lo incumple. Hemos llegado al punto de que le da a un amigo suyo supuestos regalos para que se los entregue a su hijo y dentro hay cartas dirigidas a ella. Es decir, quebranta la prohibición de comunicación, pero el hecho no es lo suficientemente grave como para que la jueza lo envíe a prisión. Entonces estamos continuamente con denuncias y en el juzgado.
P- La sociedad muchas veces no entiende las decisiones judiciales.
R- No se entienden por falta de conocimiento jurídico y a veces de voluntad.
P- ¿No cree que hacen falta más medios policiales y judiciales?
R- Sí, medios de todo tipo, más Juzgados de Violencia contra la Mujer, más funcionarios, más policía, más y mejor formación, etcétera. ¿Por qué no los hay? pues porque cuesta dinero.
P- ¿Está politizada la violencia de género?
R- Está politizado todo en general. Costó mucho trabajo sacar adelante el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. De hecho, Andalucía fue la precursora en dicho pacto, pero claro hay que dotarlo económicamente y tener voluntad. Tenemos una igualdad real en el papel, pero mis clientas me dicen: “Aida estoy harta de ir al juzgado y que me den una lista con todos los derechos que tengo, ¿pero después de esto qué?”
P- ¿Qué le parece que se cambie el concepto de violencia de género por el de violencia intrafamiliar?
R- Es que no es lo mismo, eso es una idea de determinadas corrientes políticas. La base no es la misma. La violencia intrafamiliar es la que ocurre entre distintos miembros de la familia por las razones que sean. La violencia de género tiene su base patriarcal y de dominación de un hombre sobre la mujer.
P- ¿Qué medidas propone para evitar el maltrato a la mujer?
R- Lo fundamental es educar a los niños y a las niñas en igualdad desde que son pequeños, es necesario que en los colegios reciban formación en igualdad y que en casa vean relacionarse a su padre y su madre de forma igualitaria, sólo así podremos evitar que cuando crezcan repitan patrones de conductas aprendidas basadas en la desigualdad de género.
P- ¿Está de acuerdo con que se hagan públicas las condenas firmes por violencia de género para contribuir al aislamiento social de los agresores?
R- Normalmente salen en la tele violaciones grupales, muertes, casos de maltrato si se trata de un futbolista famoso o el caso de Juana Rivas por diversas circunstancias. Al final la gente acaba creyendo que la violencia de género se queda ahí, pero es algo mucho más que esto. Me parece mucho más importante divulgar casos como el ya referido del hombre que intentó contratar a un sicario para secuestrar a su mujer y echarle ácido. Estos sucesos son también violencia de género, pero no se difunden. Por ello a los medios deberían llegar más supuestos de violencia de género que se dan todos los días. La gente simplifica y considera que violencia de género es que me maten y eso es el último paso de la cadena. Es importante que los medios y la sociedad conozcan todos los supuestos de este tipo de violencia para que aprendan a detectarla y para que los hombres reconozcan esas conductas. La mayoría de las mujeres no son conscientes de que las están maltratando, ya que el maltrato siempre empieza de forma psicológica y sutil con expresiones como “no veas a ese hombre y quédate conmigo”, “¿por qué no me das la contraseña del móvil” o “llevas la falda muy corta”. Ese control te lo venden como una protección, como que se preocupan por ti, pero no es así.
Entrevista publicada por El Correo Web.