El proyecto “A las olvidadas” nació en España para apoyar a mujeres que están en prisión; ahora se replica en México entregando libros en dos estados.
Vestida de color beige, María sostiene entre sus manos un libro con el título “Originales” , del autor Adam Grant. Esta lectura es especial no sólo porque le permitirá salir de la rutina a la que ha estado sometida durante los meses que lleva en prisión en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez en el Estado de México, también lo es porque tiene una dedicatoria de alguien del exterior que cree en su reinserción y así se lo hace saber.
“Muchachas queridas, demuéstrenle al mundo que pueden ser diferentes cuando salgan y que pueden ser grandes líderes”, es parte del mensaje que acompaña este ejemplar que ya forma parte del acervo literario de este centro penitenciario.
En México, las mujeres que están en prisión, además de pagar su sentencia por los delitos que cometieron, un alto porcentaje de ellas sufren del abandono de sus familias.
Pensando en mujeres como María nació en España el proyecto “A las olvidadas”, el cual se replicó en México con el grupo Plan B y, ambos, en septiembre de 2019, lanzaron una convocatoria para solicitar libros que se pudieran regalar a alguna de esas miles de mujeres que están en reclusión.
Bajo la pregunta “¿Qué libro le regalarías a una mujer que está en la cárcel?”, y la petición de escribir una dedicatoria, la iniciativa ha conseguido hasta ahora 5,000 libros, que servirán para abrir una primera biblioteca en Almoloya de Juárez, una segunda en algún otro centro penitenciario mexiquense y una tercera en Nuevo León.
“Quiero que sepas que me hiciste pensar en ti. Llevo orando por ti siete días y seguiré. Gracias por la oportunidad”; “Goza este relato y regálate horas para viajar y desaparecer por un momento de tu actual lugar y ser feliz” y “No importa dónde estés, sigue siendo diosa. Demuéstraselo a tu familia. Tus hijos te necesitan fuerte. Sal adelante”, son algunas de las frases que acompañan los ejemplares recibidos.
Tatiana Ortiz Monasterio, fundadora de Plan B, asegura que la organización no sólo busca ayudar a ser productivas a las mujeres a través de talleres y ayudarlas en su proceso de reinserción a la sociedad, sino también acercarlas a la lectura y al mundo exterior.
“Lo que logramos con eso es vincular a la sociedad civil con la población penitenciaria y de esta manera que muchas más miradas volteen a ver a estas mujeres”.
Explica que en México hay 250,000 personas en prisión, de las que el 5% son mujeres; es decir alrededor de 10,000. Se estima que el 53% de las reclusas fueron condenadas por delitos contra la salud propiciados por sus relaciones sentimentales, padres o hermanos.
A diferencia de los hombres, estas mujeres reciben doble castigo, por haber faltado a la ley y el moral por haber faltado a su rol de mujer buena, sumisa, protectora, amorosa y entonces cuando llegan a prisión las abandonan, las castiga la familia”.
Ortiz Monasterio, quien trabaja con mujeres privadas de su libertad, detalla que un alto porcentaje reciben muy pocas visitas de sus familiares, por lo que la convocatoria de elegir, dedicar y donar un libro persigue disminuir la incidencia delictiva y fomentar la reinserción de las mujeres en la sociedad.
“Cuando una mujer recibe un libro dedicado por una persona de afuera se da cuenta que no está sola, que no está olvidada, que hay gente pensando en ella. Éste es un proyecto que vincula con estas mujeres que necesitan ser vistas y necesitan ayuda para volver a la sociedad pronto. Cuando leen estas dedicatorias se conectan de nuevo con la realidad y con sus ganas de salir adelante”, destaca.
Con información de Política Expansión.