El diputado federal Alfonso Ramírez Cuéllar fue electo hoy presidente de Morena por el VI Congreso Nacional Extraordinario de ese partido, por lo que Yeidckol Polevnsky regresó a su cargo de secretaria general, como parte de una dirigencia “de transición” que convocará, a más tardar en cuatro meses, a una nueva elección de dirigentes.
En el VI Congreso Nacional Extraordinario -que se prevé sea llevado otra vez al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)-, celebrado con un quórum de mil 310 congresistas, se eligieron también a 10 secretarios del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y se ratificaron a los otros 11 que proceden, como Polevnsky, de la elección interna de 2015.
Candidato único, Ramírez Cuéllar fue elegido por unanimidad, y también se eligieron por voto mayoritario a los otros 10 miembros del CEN, por votos de los congresistas, procedentes de todo el país y convocados por 18 consejos estatales.
“La Cuarta Transformación requiere un partido fuerte, cercano al presidente de la República”, expresó Ramírez Cuéllar, exlíder de El Barzón, quien anunció que solicitará licencia como diputado federal y presidente de la Comisión de Presupuesto.
Este Congreso Nacional se convocó, sin el aval del CEN, para sacar de la “parálisis” a Morena, según los asistentes, que reiteradamente repudiaron a Polevnsky como dirigente y luego de que el TEPJF anuló el proceso interno de noviembre.
Luego de casi cinco horas de deliberación y de integración de las listas de integrantes, los congresistas definieron al nuevo CEN de Morena, en un proceso que Polevnsky monitoreó permanentemente, con videograbación incluida y con el envío de dos notarios a los que no se les permitió la entrada —ya había uno, Alfredo Morán— para, muy probablemente, impugnarlo ante el TEPJF.
Por su parte, los convocantes al Congreso Nacional, encabezados por Bertha Luján y Héctor Díaz Polanco, presidentes del Consejo Nacional y de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, respectivamente, alegaron que la convocatoria y los acuerdos tomados este domingo son legales y legítimos, y que están blindados para evitar que se judicialice otra vez la dirigencia.
Y es que la convocatoria al Congreso Nacional de hoy fue rechazada en la víspera por Polevnsky, pero Luján y Díaz Polanco afirmaron que era indispensable sacar a Morena de la “parálisis” en que se encuentra desde las elecciones de julio de 2018.
Con la ausencia del presidente Andrés Manuel López, quien ha repudiado los pleitos internos e inclusive ha advertido que podría renunciar a su militancia, y de otros cuadros prominentes de ese partido, Díaz Polanco sustentó la legalidad del Congreso Nacional para darle a Morena una dirigencia “de transición”.
Dijo que el desafío de Morena es enorme para sacar a este partido de la inactividad, la indolencia y la irresponsabilidad de la actual dirigencia.
“Están buscando colapsar el partido. Quieren llevarnos a una crisis terminal”, afirmó Díaz Polanco, quien acusó que las numerosas impugnaciones son deliberadas.
Luján, a su vez, defendió los acuerdos del Congreso Nacional no son “sacados de la manga”, sino producto de discusiones jurídicas como parte de una ruta jurídica para evitar que se vuelva a impugnar ante el TEPJF, que a su vez ha tenido “una intervención indebida”.
Por ello, planteó la elección de diez secretarios del CEN, incluido el presidente, que están acéfalos y ratificar a los 11 actuales.
Y es que Polevnsky preside Morena, porque López Obrador dejó el cargo para ser candidato presidencial, por lo que ella regresa a su cargo como secretaria general.
En Congreso Nacional rechazó, por amplia mayoría, cambiar el método de elección de los dirigentes nacionales, como la encuesta propuesta por López Obrador, por lo que la elección seguirá siendo mediante consejeros de los 300 distritos del país.
Con información de Proceso.