Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital rescataron a 19 migrantes, quienes se encontraban retenidos en un hotel, ubicado sobre la avenida Eje Central.
Tras su rescate, los migrantes fueron trasladados a las instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), ubicadas en la Ciudad de México, donde se averiguarán sus nacionales y el tiempo llevan en el país.
De acuerdo con la agencia Notimex, entre las personas rescatadas se encuentran varios menores de edad, así como madres de familia.
A escasos 30 días para el examen definitivo por parte de Estados Unidos y la posible imposición de aranceles, México continúa con su plan para ayudar económicamente a El Salvador, Honduras y Guatemala y atender las causas del flujo migratorio.
En esta cuenta regresiva, México tiene la doble tarea de cumplir con la reducción de la migración y, a su vez, convencer a su vecino del norte para que también invierta en el desarrollo en la región, que ha expulsado a centenares de miles de migrantes en los últimos meses.
El plazo que el Gobierno de Donald Trump le impuso al de presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, vencerá el 10 de septiembre y en ese momento se abrirá la interrogante sobre si México hizo lo necesario para contener la migración y si EE.UU. está conforme con los resultados, o por el contrario revive su amenaza arancelaria.
“Tenemos un plazo que es el 10 de septiembre que son los tres meses, pero vamos bien”, aseguró López Obrador el 27 de junio. Una percepción -la de que está cumpliendo el trato con su vecino del norte- que ha mantenido desde entonces.
Para el investigador Vicente Sánchez, del Colegio de la Frontera Norte, la maniobra del Gobierno mexicano busca “aliviar por el lado sur (del país) la presión que tiene México en el norte”, controlando así la llegada de migrantes.
Con el apoyo económico, continúa, México quiere disminuir y “estabilizar flujos” migratorios, tras el arribo de centenares de miles de personas desde octubre pasado.
Señaló que históricamente se han dado esas ayudas a Centroamérica, aunque los recursos no siempre “fluyen hacia los grupos a los que se pretende apoyar”, pues a menudo se queda entre “las élites”.
En los últimos dos meses, México ha acordado con El Salvador y Honduras, respectivamente, la inyección de recursos mediante un Plan de Desarrollo Integral, que integra un programa de reforestación mexicano, Sembrando Vida, y otro de aprendices, Jóvenes Construyendo el Futuro, que ya ha aplicado en territorio mexicano.
La inversión mexicana en ambos países y a la que posteriormente se unirá Guatemala es de 30 millones de dólares para cada país y tiene el objetivo de generar unos 20.000 empleos en cada país y así frenar la migración.
Para el investigador del Colegio de la Frontera Norte, un problema de esa inversión es saber si México le dará seguimiento al mecanismo y evaluará su aplicación.
Para la experta en migración y seguridad Eunice Rendón el Gobierno mexicano debe “revisar” la entrega del dinero mexicano y apretar para que otras naciones también participen del proyecto.
Recordó que ambos programas de ayuda son los más emblemáticos del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y deben funcionar con la “mayor transparencia”.
Rendón pidió no perder de vista que necesitan más recursos y se requiere de un plan maestro “más grande” y recordó que la principal causa de migración en los últimos años está relacionada con la inseguridad y la violencia que se registra en los citados países.
Con información de Noticieros Televisa.