El sargazo, el alga marina que perjudica a actividades económicas del Caribe, incluyendo a las playas de Quintana Roo, como el turismo y la pesquera, está generando una frustración entre especialistas en oceanografía, funcionarios y hasta dirigentes empresariales.
El gobierno de Quintana Roo inauguró esta mañana el Encuentro de Alto Nivel para la Atención del Sargazo en el Gran Caribe, cuya finalidad es generar propuestas regionales para controlar a dispersión de sargazo en islas como Martinica o las playas del Caribe mexicano.
Uno de los llamados es a que los países de la región, incluyendo a México, declaren emergencias nacionales para poder acceder a financiamientos del Banco Mundial y, con ello, paliar los efectos negativos del sargazo en los países cuyas economías dependen del turismo, principalmente de la oferta de sol y playa.
Es un problema grave que afecta a los trabajadores de la región, dijo la secretaria general de la Asociación de Estados del Caribe, June Soomer.
“Debemos alejarnos de gobiernos que se manejan en silos” y que las dependencias de medio ambiente de cada país del Caribe conversen con las de turismo o las de economía para poder enfrentar los efectos del sargazo, agregó Soomer durante el Encuentro.
Antes, dijo Soomer, el sargazo solo se abordada desde el punto ambiental pero ahora deben tomarse en cuenta.
A su vez, dos investigadores de la Universidad del Sur de Mississippi, Estados Unidos, coincidieron en que es frustrante no tener los conocimientos necesarios para entender al sargazo desde el punto de vista de su biología.
No hay información suficiente del sargazo, tiene un crecimiento inusual y su biología es “sumamente compleja”, dijo Donald Johnson, investigador para la Costa del Golfo de esa universidad estadounidense.
Admitió que no hubo financiamiento para el estudio del sargazo en los últimos 9 años pese a que se registraron señales de un crecimiento inusual de esta alga Marina.
Alejandra Valente, especialista de la UNAM e integrante de Ocean Foundation, aseguró que existe una propuesta para que se analice una posible relación del derrame petrolero de British Petroleum en 2010 con el crecimiento explosivo del sargazo a partir de ese año.
Con información de La Jornada.