La estrategia de evitar la confrontación de fuerzas de seguridad con criminales ya comenzó a reflejar sus primeros resultados, pues en lo que va del año, las muertes de elementos de seguridad se han reducido 50 por ciento y las de presuntos delincuentes 81.5 por ciento, en comparación con el año pasado.
En respuesta a distintas solicitudes de transparencia, las Secretarías de la Defensa Nacional y la Marina, así como la Policía Federal, entre enero y septiembre de 2019 se han registrado 14 bajas por enfrentamientos directos contra criminales, de los cuales nueve son militares, cuatro policías federales y un marino.
En lo que respecta al bando de los delincuentes, la Marina y la Policía Federal suman 17 presuntos criminales muertos en 2019 tras enfrentarse a balazos contra fuerzas de seguridad, cuando en 2018 perdieron la vida 92 civiles frente a policías federales y marinos.
La Semar reporta que en 2019 sólo un criminal ha perdido la vida en hechos violentos, mientras en 2018 contabilizó 51 agresores fallecidos y en 2017 reportó 105 casos. Por su parte, la Policía Federal informa de 16 decesos de civiles como resultado de los eventos en donde los agentes “hacen uso legítimo de la fuerza con el propósito de que se repela una agresión realizada por personas que probablemente son miembros de la delincuencia organizada”.
Dicha cifra se encuentra lejos de las 41 muertes reportadas en 2018 y aún más lejana de las 186 muertes registradas en 2011 o las 183 de 2012. El bajo registro de muertes de sus elementos reportado por la Semar mantiene una tendencia que inició en 2018, cuando solo sufrieron dos bajas producto de siete agresiones provocadas por presuntos criminales.
El mejor año para las fuerzas navales se registró en 2016 cuando terminaron el año sin decesos. De acuerdo con las cifras reportadas por la Unidad de Enlace de la Policía Federal (PF) hay una reducción de 75 por ciento en el número de agentes caídos con respecto a 2018, cuando murieron a manos del crimen organizado 16 agentes. En la Secretaría de la Defensa (Sedena) la tendencia es distinta.
Si bien registra nueve bajas en enfrentamientos con civiles en lo que va del presente año, en 2018 los decesos violentos sumaron 10.
El número de muertes sería mayor si la Sedena actualizara los datos sobre de civiles fallecidos, pero “a partir del 6 de abril de 2014, esta Secretaría ya no da continuidad a registros de agresores fallecidos, heridos ni detenidos, con motivo de las agresiones a personal militar, haciéndolo actualmente la Fiscalía General de la República (FGR)”.
Sin embargo, la FGR tampoco revela cuántas víctimas mortales se han registrado en los tiroteos donde participaron fuerzas militares al señalar que la información solicitada no le compete a dicha dependencia.
Antes de asumir su cargo como titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, señaló en los foros de discusión sobre la Guardia Nacional que en 2018 murieron alrededor de 700 civiles armados en enfrentamientos con militares.
Una década de lucha
Los enfrentamientos entre fuerzas federales y el crimen organizado, que arreciaron hacia finales de 2016, han cobrado la vida de por lo menos 6 mil 810 uniformados y civiles armados en más de una década.
Los reportes de las autoridades señalan que de ese total, 732 víctimas mortales pertenecían a algún grupo de seguridad del gobierno federal, mientras que los 5 mil 322 muertos restantes fueron catalogados como agresores o presuntos integrantes del crimen organizado.
La Policía Federal ha sufrido más bajas, con 396 elementos caídos en casi 13 años. Le sigue la Sedena con 280 decesos, mientras que la Semar solo reporta que desde 2007 han muerto 56 marinos por agresiones del crimen organizado.
Las filas criminales sufren más bajas cuando se enfrentan al Ejército tras sumar 3 mil 907 muertos entre 2007 y 2014, mientras en choques contra policías federales murieron mil 7 presuntos delincuentes entre 2007 y septiembre de 2019. En ese mismo lapso, la Marina reportó que abatió a 408 civiles armados.
Las cifras entregadas por las dependencias revelan que el periodo 2010-2012 fue el más sangriento para ambos bandos, pues perdieron la vida 3 mil 931 militares y delincuentes, lo que representa el 57.7 por ciento de los decesos reportados por las autoridades.
Con información de Milenio.