Ya casi es Semana Santa. Y millones de mexicanos tomarán durante los próximos días el autobús para transportarse a múltiples puntos de la República en la temporada de vacaciones. Probablemente, debido a la falta de competencia en el sector, lo hará en alguna de las grandes empresas de transporte terrestre que acaparan la mayoría de rutas en México, y pagando precios más elevados que, incluso, en algunas de las principales rutas de Europa, Estados Unidos y América Latina.
Así lo documenta la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) en el informe “Estudio de competencia en el autotransporte federal de pasajeros”, el cual advierte que, de 29 grupos empresariales de autobuses, tan solo cuatro -sin mencionar cuáles- acapara el 95 % de las 5 mil 877 rutas que existen en el país, provocando una falta de competencia que, a su vez, repercute en que los usuarios de autobús paguen boletos más caros.
Para probar lo anterior, la Cofece realizó una comparativa de rutas en su informe.
Por ejemplo, de Mexicali a Tijuana, el precio que paga un usuario de autobús es de 2.03 pesos por kilómetro; 11 centavos más que la ruta Washington DC-Boston; 29 centavos más que la ruta Boston-Toronto; 43 centavos más que la ruta Madrid-Barcelona; 57 centavos más que la Miami-Atlanta; 1 pesos 15 centavos más que la Amsterdam-Paris; y hasta 1 peso 33 centavos más que la Roma-Venecia.
“En comparación con otros países, los precios por kilómetro son relativamente altos, como consecuencia de la concentración del mercado y la poca competencia en rutas”, recalca el informe de la Cofece, que añade que “la falta de competencia ha generado precios altos para los usuarios, que tienen como efecto una pérdida de bienestar en las familias”.
Sobre este punto, el organismo antimonopolios planteó que, si se permitiera la entrada de más empresas a competir por las rutas de autobuses, el precio por kilómetro podría bajar hasta un 40 %.
Una de las principales causas que originan la falta de competencia en el sector, apunta la Cofece, es que la regulación existente obliga a las empresas de autobuses a tener una terminal propia para poder operar.
Por ejemplo, en la actualidad existen 899 terminales de autobuses en el país, pero la mayoría son privadas y controladas por una sola empresa -el informe no precisa cuál-, lo cual impide que éstas sean utilizadas por otras líneas de autobuses. Solo en 310 terminales, el 34 %, pueden operar distintas compañías de autobuses, como el caso de la centrales del Norte o la Tapo, en la Ciudad de México.
Otro punto es que, según la regulación actual, quienes operan las terminales de autobuses no están obligados a tener reglas de acceso a la terminal, ni a hacerlas públicas, en caso de que existan.
Por eso, las nuevas empresas que quieran acceder a una ruta, y que necesitan contar con una terminal para poder operar, están obligados a buscar un acuerdo con la concesionaria de la terminal, o con las empresas que la controlan, “mismas que tienen incentivos para negarles el acceso o darlo en condiciones de desventaja”.
Ante este contexto, la Cofece pidió a la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) que analice modificar la Ley de Caminos y Autotrnasporte Federal, para que se suprima la obligación de disponer de terminales para poder operar.
Además, pidió a la SCT que haga pública la lista de cuáles son las centrales camioneras que operan bajo concesión, y que, una vez que terminen esas concesiones a empresas privadas, como es el caso de la Central del Norte, cuya concesión termina este 2019, nuevamente adjudice la terminal, pero a través de una licitación pública. Sobre este punto, la Cofece pidió a la SCT que, en las nuevas adjudicaciones, se garantice el “acceso abierto y no discriminatorio” a las compañías competidoras.
Mientras que a las centrales que sí reciben a varias líneas de autobuses, la Cofece les pidió que hagan públicas las reglas para poder acceder a la terminal.
Con información de Animal Político.