Una oficina migratoria en Tapachula, ciudad del sur de México fronteriza con Guatemala, suspendió este miércoles sus operaciones tras un incidente la semana pasada en el que cientos de cubanos irrumpieron en las instalaciones e hirieron a un funcionario, exigiendo sus permisos migratorios.
“Ante la falta de condiciones que garanticen la seguridad del inmueble así como de los usuarios, se determina la suspensión temporal de operación de esta oficina hasta nuevo aviso”, anunció el martes el Instituto Nacional de Migración (INM) en Twitter.
Este miércoles, la oficina cerrada mostraba una pancarta reiterando el aviso de cierre.
Así, los cientos de migrantes cubanos que acuden con el propósito de obtener un oficio de salida, que les permita transitar libremente por territorio mexicano durante 20 días para llegar a Estados Unidos o decidir instalarse en México, tendrán que recurrir a oficinas en otras ciudades.
El viernes pasado, unos 300 cubanos, acompañados de abogados y activistas, acudieron a la oficina de Tapachula para exigir a las autoridades la inmediata resolución de su solicitud.
Este trámite tarda normalmente hasta 20 días en esta estación, donde laboran 27 agentes que atendían de 200 a 300 trámites al día de migrantes de todas las nacionalidades.
Según agentes de Migración, los cubanos forzaron la entrada entre gritos y golpes, y un funcionario de la institución resultó con lesiones de gravedad.
El sábado, para desahogar la demanda de trámites, el INM envió en dos autobuses a un grupo de 72 cubanos a la estación migratoria de Acayucan, en el vecino estado de Veracruz.
En tanto, decenas de cubanos protestaban este miércoles en las oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en Tapachula, demandando la reanudación de las actividades de la oficina migratoria.
“Yo para Cuba no regreso, no tengo casa, no tengo nada”, dijo el cubano Héctor Hernández.
En tanto, la estación migratoria en Tapachula, que realiza deportaciones, seguía laborando con normalidad.
Cientos de miles de migrantes, principalmente centroamericanos pero también cubanos, sudamericanos y africanos, ingresan a México cada año por la frontera sur y atraviesan todo el territorio hasta alcanzar su destino en Estados Unidos en busca de oportunidades de vida, pese a riesgos como las duras condiciones del trayecto y la amenaza de grupos criminales que los secuestran o extorsionan.
Con información de La Jornada.