Durante el confinamiento, la extorsión ha sido aprovechada por grupos criminales para allegarse de ingresos.
La crisis económica derivada de la epidemia de COVID-19 se convirtió en terreno fértil para delincuentes, quienes encontraron en la extorsión una fuente de ingresos.
En lo que va de este año, se han registrado 3,347 carpetas de investigación por extorsión. Si bien estos delitos se redujeron levemente en los últimos tres meses de 2020, respecto a los dos primeros, la tendencia se ha mantenido, mientras que se prevé que pueda incrementarse por la pandemia.
De acuerdo con el último reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) durante el mes de mayo se iniciaron 603 averiguaciones previas o carpetas de investigación por este delito, cifra 3.83% menor que la de abril, cuando se reportaron 627 denuncias; mientras que en marzo la cifra fue de 702 denuncias por extorsión.
El mismo gobierno federal reconoció que este delito y los homicidios se han mantenido durante la emergencia sanitaria, al igual que el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, quien reconoció que aún es una cifra alta con la que “se ha batallado un poco”.
De acuerdo con Raúl Sapién Santos, presidente del Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP), la extorsión han generado una ganancias para el crimen organizado de cerca de 12,000 millones de pesos, las cuales puede ser mayores, ya que este tipo de delitos tiene una “cifra negra” de hasta el 95%.
“El problema con la extorsión es que es un delito que se ha mantenido un tanto olvidado, hemos volteado a ver otros delitos, el tema de las extorsiones no se ha abordado con todos los estudios y necesidades. Es un delito del que todos hemos escuchado (…) pero hoy es el delito que representa una mayor cifra negra porque no se denuncia”, dice al referir que las carpetas de investigación son mínimas comparadas con la realidad que se vive a diario.
El especialista coincide que este tipo de actividades delincuenciales no han disminuido con el confinamiento sanitaria sino que han aumentado, pues ahora los criminales se hacen pasar por “benefactores de negocios” para ofrecer créditos, pero el costo de quien lo acepta es realmente caro, porque la estrategia es sumergir a los pequeños empresarios en un círculo interminable de cobros y extorsión, lo que se conoce como el “gota a gota”.
Aunado a esto, señala que se ha incrementado el cobro en el derecho de piso, por lo que al respecto el CNSP, el Consejo Coordinador Empresarial y la SSPC están trabajando coordinadamente para encontrar soluciones viables.
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