Con la caída de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, otro narcotraficante mexicano se convirtió en el más buscado por la DEA, por encima de los actuales cabecillas del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
A pesar de que tanto Ismael “El Mayo” Zambada y tres de los hijos de “El Chapo” Guzmán, de Sinaloa, aparecen en la lista de los más buscados, junto con Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, del CJNG, aparecen en la lista de los más buscados por la DEA, en este momento la agencia tiene ubicada a “otra persona que es muy importante”.
“La prioridad número uno de la DEA es Rafael Caro Quintero, mató a uno de nuestros agentes, Kiki Camarena”, dijo en entrevista con la prensa internacional Ray Donovan, director de la agencia en Nueva York.
“También están los hijos de ‘El Chapo’, obviamente, y otros, todos están en nuestra web, pero para nosotros Rafael Caro Quintero es algo personal”, dijo al diario español El País.
Aunque en teoría Caro Quintero está prófugo de la justicia y retirado del negocio, Donovan aseguró que ha vuelto al tráfico de drogas, a pesar de que desde que salió de la cárcel se encontró con un contexto completamente distinto al de la década de los ochenta, cuando junto con el Cártel de Guadalajara dominaba el negocio, “desde luego ha vuelto a traficar”.
Para la agencia, el tema de Caro Quintero se ha vuelto personal ya que junto con los narcotraficantes, Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, fue acusado de participar en el secuestro, tortura y asesinato del ex agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar y su piloto Alfredo Zavala, en febrero de 1985.
Camarena era torturado con sadismo mientras un médico lo mantenía con vida para así prolongar el sufrimiento. El examen que se le practicó al cadáver reveló que Camarena, quien como agente encubierto logró infiltrarse en el Cártel de Guadalajara, reveló que había sido castrado y enterrado vivo.
Caro Quintero fue detenido en Costa Rica el 2 de abril de 1985, cuando su acompañante, Sara Cosio, quien presuntamente había sido secuestrada en México, llamó a su familia. La comunicación fue interceptada y las autoridades llegaron en cuestión de minutos al rancho donde se escondía el narcotraficante.
Sin embargo, luego de 28 años preso, el 9 de agosto de 2013 dejó las instalaciones del Penal de Puente Grande, en Jalisco, luego que el Primer Tribunal Colegiado de Guadalajara ordenara su libertad al considerar que había sido juzgado de forma indebida por el crimen de Camarena.
Posteriormente la Suprema Corte de Justicia de la Nación confirmó la sentencia y consideró que debería ser recapturado, el gobierno de Estados Unidos pidió su extradición, pero desde entonces se desapareció.
Fue hasta julio de 2016 cuando reapareció en una entrevista con el semanario Proceso para negar su responsabilidad en el asesinato de Camarena y asegurar que estaba retirado del negocio, sin embargo, un informe de la DEA de 2017 lo identificó como uno de los dos operadores principales del Cártel de Sinaloa.
Según el informe titulado “Evaluación Nacional de Amenaza de Drogas”, Caro Quintero e Ismael “El Mayo” Zambada son cabezas de células y se encargan de recibir y controlar la distribución de droga para ese grupo en Phoenix, Arizona.
Además de ser buscado por la DEA, en 2018 el FBI ofreció por su captura una cifra histórica de 20 millones de dólares.
Ninguna agencia de Estados Unidos había ofrecido una recompensa tan alta por un capo mexicano, ni siquiera por los líderes de los cárteles del Golfo y de Sinaloa, Osiel Cárdenas Guillén, “El Mata Amigos”, y Joaquín “El Chapo” Guzmán, respectivamente. Russ Ellersick, agente especial del FBI en la división de Seattle, quien investiga el caso, declaró que Caro Quintero “tenía un tremendo poder hace tres décadas”.
Desde 2017, su actual esposa, la ex reina de belleza Diana Espinoza Aguilar, a la que conoció en la cárcel, ha buscado obtener la certificación de marca registrada del nombre Rafael Caro Quintero, como consta en la Base Mundial de Datos sobre Marcas (OMPI).
Sus dos solicitudes, una realizada en mayo de 2017 y otra un mes después, permanecen en el estatus de pendiente.
En las fichas consta que la solicitud se refiere al registro de marca para productos de imprenta, fotografías, publicaciones impresas, revistas, papelería, material para artistas y de dibujo, entre otros.
Artículo publicado por Sin Embargo.