En el día 12 de su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador cumplió con una de sus principales banderas de campaña: dar el primer paso para cancelar la Reforma Educativa aprobada en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Ese día, a primera hora en Palacio Nacional, López Obrador firmó y más tarde envió al Congreso la iniciativa de reforma educativa de su gobierno, que incorpora la gratuidad y obligatoriedad en todos los niveles de educación, elimina el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), la evaluación punitiva y crea el Centro para la Revalorización del Magisterio.
“Compromiso cumplido, maestros (…) Nunca más se va a ofender a los maestros”, dijo el Presidente el 12 de diciembre, tras firmar la iniciativa.
Horas después una bomba estalló en redes sociales. En Twitter, el coordinador de los diputados del PAN, Juan Carlos Romero Hicks, alertó que la iniciativa suprimía la autonomía universitaria
En respuesta inmediata por la misma red social, Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación Pública, informó que se había comunicado con el diputado panista para aclarar el tema de lo que señaló como “falsa polémica”
Al día siguiente, el Presidente aclaró que la autonomía universitaria no desaparecería.
“Los que están a disgusto por la decisión que tomamos de cancelar la Reforma Educativa van a querer agarrar eso de bandera, así es que es mejor aclararlo. Entonces se corrige, se agrega, es decir, se establece que las universidades mantendrán su autonomía”, afirmó en su conferencia matutina del jueves 13 de diciembre.
Hasta la tarde de ese día, la SEP detalló que la eliminación del concepto de autonomía fue producto de una falla en la captura mecanográfica; es decir, un “error de dedo”.
NI UNA COMA
Hasta el tercer mes del nuevo gobierno dieron inicio las audiencias públicas en materia educativa en la Cámara de Diputados, para enriquecer la iniciativa presidencial.
El 6 de febrero, Luis Humberto Fernández Fuentes, titular de la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM), abrió los foros de Parlamento Abierto con una sentencia para “dar sepultura a una Reforma Educativa a la que nadie llorará su muerte”, así como meses antes, lo había dicho el diputado Mario Delgado, presidente de la Jucopo, que de esa reforma no quedaría ni una coma.
En las siete audiencias públicas organizadas en San Lázaro, participaron maestros, líderes sindicales, representantes de organizaciones sociales, civiles, especialistas en educación, senadores y diputados, así como representantes de organismos autónomos, escuelas normales y padres de familia.
Una vez aprobada la reforma constitucional para crear la Guardia Nacional, la prioridad para el gobierno de López Obrador es aprobar la nueva reforma educativa.
Audiencias
En las audiencias públicas se hizo énfasis en que, en el sexenio anterior, tomó apenas 10 días aprobar la Reforma Educativa.
“Debemos conseguir el consenso, pero uno que emane de este ejercicio de la pluralidad de escucharnos, de ser abiertos y propositivos. No hay verdades absolutas ni únicas, eso nos corresponde a todos”, señaló la diputada Adela Piña Bernal, presidenta de la Comisión de Educación, el sábado 16 de febrero.
Los ponentes coincidieron en que la evaluación no debe ser punitiva.
Con información de Excélsior.