El secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón, Genaro García Luna, fue arrestado en Estados Unidos, bajo cargos deconspiración para traficar con drogas y falso testimonio, informó hoy el Departamento de Justicia de ese país.
A cambio de sobornos multimillonarios en dólares, el imputado permitió que el cártel de Sinaloa operara con impunidad en México, indicó un comunicado de la oficina estadunidense.
García Luna fue arrestado ayer en Dallas, Texas y será trasladado al Distrito Este de Nueva York para enfrentar estos cargos, añadió el Departamento.
En el comunicado, la oficina estadounidense precisó que el tribunal federal en Brooklyn emitió una acusación contra el también ex jefe de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) durante el gobierno de Vicente Fox Quesada, con tres cargos de conspiración para traficar cocaína y un cargo de falso testimonio.
Richard P. Donoghue, fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York, anunció que García Luna está acusado de aceptar millones de dólares en sobornos del cártel de Sinaloa de Joaquín El Chapo Guzmán, mientras controlaba la Policía Federal y era responsable de garantizar la seguridad pública en México.
“El arresto de hoy demuestra nuestra determinación de llevar ante la justicia a quienes ayudan a los cárteles a inflingir daños devastadores en los Estados Unidos y México, independientemente de los cargos que mantuvieron mientras cometían sus crímenes”, dijo el funcionario de Estados Unidos.
Donoghue agradeció a las oficinas de la Administración de Control de Drogas (DEA) en Nueva York y Houston, Investigaciones de Seguridad Nacional, Oficina de Campo de Nueva York (HSI), Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) y Policía del Estado de Nueva York (NYSP) por su trabajo en el caso.
Según la acusación y otras presentaciones judiciales del gobierno, de 2001 a 2012, mientras ocupaba puestos de alto rango en el gobierno mexicano, García Luna recibió millones de dólares en sobornos del cártel de Sinaloa a cambio de proteger al grupo delictivo en sus actividades de tráfico de drogas y trata de personas.
De 2001 a 2005, García Luna dirigió la Agencia Federal de Investigación de México, y de 2006 a 2012 se desempeñó como secretario de Seguridad Pública de México, desde donde controlaba la Policía Federal de México.
A cambio del pago de sobornos, el Cártel de Sinaloa obtuvo pasaje seguro para sus envíos de drogas, información confidencial de las fuerzas del orden sobre investigaciones sobre el Cartel e información sobre carteles rivales de drogas, lo que facilitó la importación de cantidades de toneladas de cocaína y otras drogas. En los Estados Unidos, en dos ocasiones, el Cartel entregó personalmente sobornos a García Luna en maletines que contenían entre tres y cinco millones de dólares.
Según los registros financieros obtenidos por el gobierno, cuando García Luna se mudó a los Estados Unidos en 2012, había acumulado una fortuna personal de millones de dólares.
García Luna continuó tomando medidas en los Estados Unidos para ocultar su asistencia corrupta a los narcotraficantes. Específicamente, presuntamente presentó una solicitud de naturalización en 2018, en la que mintió sobre sus actos criminales pasados en nombre del Cartel de Sinaloa.
Si es declarado culpable del cargo de conspiración de drogas, García Luna enfrenta una sentencia mínima obligatoria de 10 años de prisión y un máximo de cadena perpetua.
La investigación fue dirigida por New York Strike Force, una unidad de lucha contra el crimen que comprende agencias policiales federales, estatales y locales apoyadas por la Fuerza de Tarea contra el Crimen Organizado de Drogas y el Área de Tráfico de Drogas de Alta Intensidad de Nueva York / Nueva Jersey.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos precisó que cargos en la acusación formal son acusaciones, y el acusado se presume inocente a menos y hasta que se pruebe su culpabilidad.
El caso del gobierno está siendo procesado por la Sección Internacional de Narcóticos y Lavado de Activos del Distrito Este y la Sección de Integridad Pública. Los fiscales federales adjuntos Michael P. Robotti, Ryan Harris y Erin Reid están a cargo de la acusación.
Con información de La Jornada.