Procedente de los mares de Alaska, este coloso recorre más de 9 mil kilómetros para llegar a las aguas templadas de Baja California Sur.
La ballena gris (Eschrichtius robustus) es una de las especies más grandes del mundo marino. Mide de 11 a 15 metros con un peso aproximado de 30 toneladas.
Este cetáceo realiza una de las migraciones más largas, al recorrer más de 9 mil kilómetros en grupos segregados por sexo y edad.
Su travesía que dura aproximadamente tres meses inicia en los mares de Bering, Chukchi y Beaufort en Alaska, donde se alimentan para llegar hasta la costa occidental de la Península de Baja California y Golfo de California, donde realizar sus actividades reproductivas de diciembre a abril.
Esta especie fue intensamente cazada desde mediados del siglo XIX hasta principios de XX. Para la década de 1870, la captura se detuvo principalmente por su disminución y el decremento en la demanda de aceite de estos animales.
En 1972 el Gobierno decretó la creación de los primeros santuarios en las Lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre-Guerrero Negro en el estado de Baja California Sur.
Los refugios ubicados dentro de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno han permitido el cuidado y preservación de estos cetáceos, ya que sus aguas templadas son idóneas para su reproducción, y las políticas de protección en México garantizan su seguridad durante su estancia en aguas mexicanas.
Desde la década de los treinta, la ballena gris se encuentra protegida internacionalmente a través de la Comisión Ballenera Internacional de la que México forma parte.
Con información de SEMARNAT