En la UNAM, expertos de Valona, Bélgica, compartieron sus experiencias sobre el buen manejo del agua, dirigidas a adaptarnos a una nueva realidad derivada del cambio climático, en donde la necesidad del recurso se incrementa constantemente.
Ante estudiantes y académicos de la Red del Agua de la Universidad Nacional, y representantes del Centro Regional de Seguridad Hídrica, Philippe Dierickx, director de Manejo Hidrológico de Valona, y Johan Derouane, ingeniero en el Departamento de Aguas Subterráneas, señalaron que las estrategias aplicadas tienen el objetivo de que toda la población tenga acceso al líquido, con énfasis en la distribución pública, evitando a la iniciativa privada.
Por su tamaño y la cantidad de agua que maneja, Valona es un laboratorio natural; de este recurso dependen los pobladores de esa región, así como sus vecinos de Luxemburgo y Holanda. Cuenta con una red interconectada de 450 kilómetros que regulan el flujo en ríos y canales conectados para la navegación, además de nueve reservas del líquido.
“En Holanda, 80 millones de personas dependen del agua, lo que nos demuestra que el cuidado no sólo beneficia localmente, sino también al mundo”, comentó Dierickx.
El especialista detalló que han implementado varias estrategias para cuidarla en la región, como dar seguimiento a los niveles para calcular de forma eficiente su disponibilidad; elaborar mapas y escenarios que permitan revisar su demanda a futuro; revisar el impacto de la agricultura en la calidad del recurso y procurar su distribución pública. “El propósito es que toda la población tenga acceso”.
Población participativa
Al ofrecer la conferencia Manejo de Recursos Hídricos en Valona, un Reto Multidisciplinario, en la que también estuvo Antoine Evrard, embajador de Bélgica en México, Dierickx indicó que al seguimiento de los niveles del agua se ha sumado la población, al desarrollar aplicaciones en las que puedan conocer la cantidad del líquido y el riesgo de inundación.
“Debido al cambio climático hemos elaborado mapas históricos de flujo con información de las lluvias, su incidencia y las afecciones que han ocasionado, además de mapas regionales que permiten proteger a la población y distribuir mejor el agua con nuestros vecinos”, precisó el experto en mantos acuíferos.
Destacó que el agua se utiliza para la navegación, la producción de energía eléctrica, el consumo humano, la migración de peces y otras especies marinas en el ámbito transregional.
En su oportunidad, Derouane expuso que se han delineado zonas de protección, manejo transdisciplinario de acuíferos, se ha revisado el impacto de las prácticas de agricultura en la calidad del agua (por el uso de pesticidas y otros químicos), y han desarrollado mapas y escenarios de la demanda a futuro.
“Valona está sobre acuíferos, por lo que es importante cuidarlos; 81.3 por ciento de esta agua tiene la calidad para consumo humano, 9.9 por ciento es utilizada en minería, 6.2 para la industria y 1.3 está dedicada a su comercialización como agua embotellada o para la agricultura”, añadió el especialista.
“Se calcula que de los 400 millones de metros cúbicos de agua en Valona, 80 por ciento se encuentra en el subsuelo y el restante 20 por ciento a nivel superficial; las autoridades han hecho grandes esfuerzos públicos para que más de 99 por ciento de la población esté conectada a algún servicio público”, dijo.
Finalmente, los expertos destacaron que este tipo de experiencias han sido compartidas con Chile, Burkina Faso, Haití, Benín, Senegal, y ahora están en pláticas para trabajar con la Comisión Nacional del Agua en México.
Con información de UNAM.