Investigadores de la Universidad Veracruzana y del Instituto Tecnológico de Boca del Río, con el apoyo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental y pescadores, localizaron siete estructuras arrecifales sumergidas entre Tamiahua y el río Tecolutla y entre Antón Lizardo y la desembocadura del río Papaloapan.
De acuerdo con los resultados de las investigaciones, las siete estructuras arrecifales descubiertas comprenden una superficie de mil 100 hectáreas, destacando el arrecife coralino Corazones, ubicado frente a la laguna de Tamiahua, con una longitud cercana a los cinco kilómetros por 700 metros de ancho, lo cual lo ubica como el más largo y septentrional reportado a la fecha.
Según los estudios, el arrecife Piedras Altas, localizado en la desembocadura del río Tecolutla, representa el de mayor superficie con 388 hectáreas.
En tanto que los arrecifes sumergidos no coralinos Los Gallos y Camaronera, ubicados entre Antón Lizardo y el río Papaloapan, cuentan con ecosistemas relevantes para la fauna marina como esponjas, algas y otros invertebrados.
Al respecto, el investigador del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías de la UV, Leonardo Ortiz Lozano, destacó que las siete estructuras de arrecifes descubiertas comprenden una extensión similar a unos dos mil 200 campos de fútbol.
Sin embargo, el especialista aclaró que los arrecifes descubiertos no son reconocidos oficialmente por las autoridades mexicanas, por lo que carecen de protección al ubicarse fuera de las áreas naturales protegidas.
“Hemos encontrado diferentes estructuras sumergidas que son bastante amplias, estamos hablando de mil 100 hectáreas de arrecifes que no estaban plenamente identificados, que oficialmente no están en la cartografía de las autoridades mexicanas, pero que son bien importantes para todas las comunidades pesqueras que hay a lo largo de 500, 600 kilómetros que abarca este corredor”, expresó.
Incluso, Leonardo Ortiz advirtió que la explotación de hidrocarburos en el Golfo de México contempla áreas de los arrecifes descubiertos, por lo que se gestionará su protección ante la Comisión Natural de Áreas Naturales Protegidas.
Ortiz Lozano comentó que el paso siguiente de las investigaciones será ubicar las especies que conviven en los arrecifes descubiertos.
Por último, el catedrático del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías de la UV consideró que las investigaciones para el descubrimiento de las siete estructuras arrecifales comprendieron alrededor de seis años.
Con información de Altavozmex.