El rey emérito Juan Carlos I, quien es investigado por corrupción, abandonó ayer España horas después de que anunció su decisión de exiliarse, en una carta dirigida a su hijo, el rey Felipe VI, que hizo pública la casa real. No se informó a dónde viajó el ex monarca que enfrenta tanto a la justicia suiza como a la española.
La decisión de Juan Carlos I, nacido en Roma en 1938, y cuyo reinado duró de 1975 a 2014, cuando abdicó en favor de su hijo en medio de escándalos, reactivó el debate sobre la vigencia de la monarquía con un llamado de Unidas Podemos a abrir un debate sobre el modelo de Estado con una república solidaria y plurinacional; el partido Candidatura d’Unitat Popular (CUP) exigió la caída de la “monarquía corrupta”, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Coalu, pidió un referendo sobre el apoyo a la monarquía.
El Tribunal Supremo español anunció en junio pasado la apertura de la investigación para determinar la responsabilidad del ex monarca en una causa iniciada en 2018, cuando en unas grabaciones atribuidas a su ex amante Corinna Larsen, ésta aseguraba que Juan Carlos I habría cobrado una comisión de cien millones de dólares por la concesión de un contrato para la construcción del tendido de alta velocidad ferroviaria en Arabia Saudita. El ex rey habría recibido en secreto dichos fondos para luego depositarlos en una cuenta en Suiza en 2008.
Desde que la Audiencia Nacional abrió la indagatoria, la prensa española ha publicado testimonios de una investigación en Suiza, por separado, sobre millones de euros que supuestamente el rey Abdulá de Arabia Saudita (fallecido en 2015) habría entregado a Juan Carlos I.
Según las denuncias, el entonces monarca español habría tratado de ocultar el dinero a las autoridades.
El ex monarca es una figura histórica en España por haber conducido al país hacia la restauración de la democracia tras el fallecimiento del dictador Francisco Franco en 1975.
Sin embargo, tras una serie de escándalos que incluyeron un furtivo viaje con Corinna Larsen a Botsuana, donde cazó elefantes en abril de 2012, Juan Carlos I abdicó el 8 de junio de 2014 en favor de su hijo Felipe VI, con lo que perdió la inmunidad que la Constitución confiere a los jefes de Estado.
Tras la publicación de artículos periodísticos según los cuales Felipe VI es beneficiario de una cuenta en el extranjero con un supuesto obsequio de 65 millones de euros (76 millones de dólares) otorgados por Arabia Saudita a Juan Carlos I, Felipe renunció a cualquier futura herencia de su padre; además, despojó al rey emérito del subsidio anual de 194 mil 232 euros (228 mil dólares).
La casa real ha negado que Felipe supiera de las supuestas cuentas reservadas de su padre.
En su misiva, Juan Carlos I expuso: “Majestad, querido Felipe, con el mismo afán de servicio a España que inspiró mi reinado y ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, te comunico mi meditada decisión de trasladarme en estos momentos fuera de España”.
El rey Felipe VI transmitió a su padre “su sentido respeto y agradecimiento ante su decisión”, según el comunicado de la casa real.
Juan Carlos I indicó que tomaba esta decisión para “contribuir a facilitar” el ejercicio de las funciones del actual monarca “desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad.
“Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen”, aseguró el rey emérito.
El comunicado de la casa real concluye con un párrafo en el que Felipe VI “desea remarcar la importancia histórica que representa el reinado de su padre, como legado y obra política e institucional de servicio a España y a la democracia; y al mismo tiempo quiere reafirmar los principios y valores sobre los que ésta se asienta, en el contexto de nuestra Constitución y del resto del ordenamiento jurídico”.
La prensa española indicó que Juan Carlos I ya abandonó España, aunque al cierre de esta edición se desconocía su destino. Trascendió que la esposa del ex monarca, Sofía, no se verá afectada por esta decisión y ella continuará residiendo en el Palacio de la Zarzuela.
El gobierno encabezado por el socialista Pedro Sánchez expresó su respeto por la decisión de Juan Carlos I e hizo hincapié en el “sentido de la ejemplaridad y la transparencia” del actual jefe del Estado, Felipe VI.
El pasado 8 de julio Sánchez señaló que las informaciones sobre el rey emérito eran “inquietantes y perturbadoras” y hace sólo una semana defendió la conveniencia de que la casa real diera pasos para “fortalecer” la “transparencia y ejemplaridad”, reportó Europa Press.
“Defendemos el pacto constitucional y la monarquía parlamentaria, pero eso no resta para que las instituciones, si queremos garantizar la estabilidad de las mismas, den pasos a favor de algo que creo que conecta desde el punto de vista emocional, con el sentir de muchos ciudadanos que quieren instituciones transparentes y ejemplares”, afirmó ayer Sánchez en una entrevista para Telecinco.
De este modo, el gobernante pidió diferenciar el debate sobre la necesidad de que la monarquía sea una institución más transparente del debate sobre el modelo de Estado. A su juicio, este último, que reclaman abrir sus socios de Unidas Podemos y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, generaría “inestabilidad”.
Iglesias criticó la decisión de Juan Carlos I y en Facebook publicó: “la huida al extranjero de Juan Carlos de Borbón es una actitud indigna de un ex jefe del Estado y deja a la monarquía en una posición muy comprometida”.
Recalcó que “por respeto a la ciudadanía y a la democracia, el rey emérito debería responder por sus actos en España y ante su pueblo”.
Unidas Podemos exigió un debate sobre el modelo de Estado, al considerar que “no existe motivo alguno para seguir cargando con una monarquía carente de los mínimos valores éticos”.
En un comunicado, la formación morada, que comparte cobierno de coalición con el Partidio Socialista Obrero Español, consideró que la imagen del rey emérito es “inaceptable para la mayoría” del pueblo y reiteró su exigencia de que ningún cargo público se ampare en privilegios como la inviolabilidad.
Albert Botran, diputado de CUP, declaró que la única manera de conocer toda la verdad sobre las presuntas irregularidades de Juan Carlos I “es que caiga esta monarquía corrupta y deje paso a la autodeterminación, a las repúblicas y a las independencias”.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tuiteó: “la corrupción debe someterse a juicio. Y el apoyo a la monarquía a referendo. Permitir la huida de Juan Carlos I supondría un fraude a la democracia y a toda la ciudadanía española #ReferendumRepublicaYa”.
Con información de La Jornada https://bit.ly/39W5aGW