Más de 32 mil migrantes y refugiados han muerto o desaparecido en rutas migratorias de todo el mundo entre los años 2014 y 2018, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que eleva a casi mil 600 la cifra aproximada de niños fallecidos, el más joven de ellos de apenas 40 días de vida.
El Proyecto de Migrantes Desaparecidos de la OIM analiza desde 2014 los datos de víctimas en las principales rutas migratorias del planeta, aunque la organización admite las dificultades de realizar una evaluación precisa. Así, sospechan que la cifra oficial podría ser “mucho menor” a la real, pues “muchos cuerpos nunca aparecen o no son identificados”.
La OIM pusoo el foco en esta ocasión en los niños, a los que sitúa como protagonistas de un informe que admiten impreciso, ya que en el caso de los menores se suma no sólo la dificultad de confirmar su fallecimiento, sino también la ausencia de estadísticas precisas en materia de edad. Aún así, estiman que mil 593 han muerto entre 2014 y 2018.
El Mediterráneo ha sido la región mas mortífera para los menores, con 678 víctimas mortales durante estos años, lo que sitúa a esta zona por delante del sudeste asiático (363 niños fallecidos), África subsahariana (149) y el norte de África (144).
La OIM estima que, desde 2014, más de 17 mil 900 personas han fallecido en el Mediterráneo, de las cuales hay “casi 12 mil” cadáveres sin recuperar. Sin embargo, también admite que en esta zona hay un cambio de tendencia generalizado, al margen de repuntes como en el caso de España.
De esta forma, la organización internacional atribuye el descenso global en el número de migrantes fallecidos o desaparecidos entre 2017 y 2018 –que pasó de 6 mil 279 a 4 mil 734– a la menor afluencia migratoria en la zona mediterránea central, la que conecta Libia con el sur de Italia.
El número de migrantes que han intentado llegar a las costas italianas ha pasado en un año de 144 mil 301 a 45 mil 648, según la OIM, que alerta, no obstante, del aumento en la tasa de mortalidad en esta zona. Si en 2017 perdieron la vida 2 por ciento de quienes utilizaron esta ruta, en 2018 incluso la cifra más conservadora sitúa la proporción en el entorno de 3 por ciento.
En Asia, la OIM destaca la creciente mortalidad en la ruta que conecta el Cuerno de África con Yemen, aparentemente por el persistente conflicto militar de este último país. De las 53 muertes registradas en 2017 se ha pasado a las 125 de 2018.
En el sudeste asiático, la cifra de fallecimientos entre 2014 y 2018 se acerca a los 2 mil 200, entre ellos mil 723 rohinyas que han huido de la pobreza, la violencia y la persecución en el estado birmano de Rajine. Casi un millón de rohinyas están refugiados en Bangladesh, entre ellos más de 700 mil que llegaron tras la ola represiva de agosto de 2017.
Con información de La Jornada.