El que fue presidente de Francia entre 1995 y 2007, el conservador Jacques Chirac, murió este jueves a los 86 años, anunció su familia.
“El presidente Jacques Chirac falleció esta mañana, acompañado por sus seres queridos y en paz”, anunció su yerno Frederic Salat-Baroux.
No se detalló la causa de la muerte, aunque Chirac había sufrido sucesivos problemas de salud desde que dejó el poder en 2007.
Chirac, considerado durante mucho tiempo como el símbolo de la derecha francesa, fue alcalde de París durante casi dos décadas.
En septiembre de 2016 tuvo que volver a Francia con carácter urgente desde Marruecos, donde estaba de vacaciones, para ser hospitalizado por una infección pulmonar. Su última aparición en un acto oficial remonta a noviembre de 2014.
En una de las primeras reacciones de responsables de las altas instituciones del Estado, el presidente de la Asamblea Nacional, Richard Ferrand, dijo que Chirac “forma parte de la historia de Francia”.
El antiguo presidente francés nació en París el 29 de noviembre de 1932, estudió en el Instituto de Estudios Políticos (Sciences Po) y en su juventud estuvo vinculado a los socialistas y los comunistas, pero pronto derivó hacia la derecha y durante décadas fue uno de sus principales líderes.
Al principio de su carrera se le apodó “La topadora” por su determinación y ambición. Como presidente, entre 1995 y 2007, fue un consumado diplomático internacional pero no reformó la economía ni desactivó las tensiones entre la policía y jóvenes de minorías, que estallaron en disturbios en todo el país en 2005.
La muerte de Jacques Chirac a los 86 años –presidente de la República francesa durante dos mandatos, primer ministro en dos ocasiones, ministro tres veces, alcalde de París durante 18 años, político de leyenda y grandes contradicciones, denostado y amado, muerto y resucitado- cierra una época, la del gaullismo, extinguido salvo como mera referencia tan sentimental como ocasional.
Fue también el último líder político que conoció la Segunda Guerra Mundial, que luchó en una guerra (Argelia) y que tuvo un papel en la revuelta del Mayo del 68.
Hombre agitado y de acción, menospreciado por la élite intelectual, leal con las personas, infiel con las ideas (y con su esposa) Jacques Chirac siempre pareció albergar algún complejo. Por ejemplo, en una autobiografía que no llegó a publicar lamentaba que su talla -1,90 lo que incluso hoy haría de él un hombre alto- era cinco centímetros inferior a la de su padre y diez a la de su abuelo.
El mayor de los Chirac celebró la victoria del Frente Popular en 1936. Su padre, la detestó aunque se calificaba como moderado. Tenía un buen puesto en un banco donde asesoraba a algunas de las mayores fortunas de Francia. Chirac padre era un hombre autoritario y de vida sentimental intensa fuera del matrimonio, lo que se tradujo en un hogar un tanto frío. Eso sí, cada noche, después de cenar, el padre tomaba un libro de la biblioteca y leía para la familia.
Toda esa seguridad hogareña saltaría por los aires cuando las botas alemanas invadieron Francia y la familia Chirac se unió al gran éxodo para huir de París en un Renault Vivaquatre. Su fascinación por lo militar arranca de la Liberación, los comandos franceses y los yanquis que reparten chocolate y chicle.
Le sobrevive su viuda Bernadette. Sesenta años de matrimonio en los que Chirac fue tan infiel como discreto. El matrimonio tuvo dos hijas. Claude que fue consejera política de su padre y Laurence, quien murió este año.
Está documentado que ni el ministro del Interior ni el servicio secreto pudieron localizarle la noche en que Diana, princesa de Gales, agonizaba en París.
Con información de Noticieros.