El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha dicho este martes durante su intervención en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, en Nueva York, que “es una falacia decir que la Amazonia es patrimonio de la humanidad” y la región no representa “los pulmones de la Tierra”.
Bolsonaro ha negado además que la Amazonia “esté siendo devastada por el fuego” y ha acusado a algunos países de comportarse “de manera colonialista” respecto a Brasil. “En lugar de ayudarnos, algunos países se comportan de manera irrespetuosa y colonial atacando nuestra soberanía”, ha acusado el mandatario, sin mencionar países particulares.
Una veintena de manifestantes con camisetas verdes, con un muñeco gigante del mandatario brasileño y un cartel con la leyenda “Bolsonaro, una amenaza para la Tierra” se ha congregado frente a la ONU para protestas durante su discurso. “¡La Tierra está ardiendo, la Amazonia está ardiendo, Bolsonaro es un mentiroso!”, gritaban los manifestantes.
El presidente de Brasil, un escéptico sobre el cambio climático que defiende la explotación comercial en áreas de preservación ambiental e indígena, intenta convencer al mundo de que tiene bajo control la situación en la Amazonia. Pero la deforestación se duplicó en la primera mitad del año, y los incendios -provocados en su mayoría por ganaderos y madereros- casi se triplicaron en agosto en relación al año anterior, provocando una crisis internacional.
El presidente francés, Emmanuel Macron, incluso propuso conceder a la Amazonia un “estatuto internacional”, una idea que indignó a Bolsonaro, que le acusó de querer restringir la soberanía de Brasil. Esa fue “una propuesta absurda”, ha dicho Bolsonaro este martes en la ONU.
Según cifras oficiales, la deforestación de la Amazonia brasileña prácticamente se duplicó entre enero y agosto, y representa este año el equivalente a 640.000 canchas de fútbol.
ATAQUE A CUBA Y VENEZUELA
El presidente ha iniciado su intervención con un fuerte ataque a Cuba y Venezuela, países a los que se ha referido como “dictaduras” que deben ser derrotadas.
Por una tradición de la ONU que le reserva a Brasil el primer discurso de la Asamblea General, ha inaugurado la fase de debates y, en sus primeras palabras, ha afirmado que presenta a un “nuevo país”, que en el pasado reciente “llegó a estar al borde del socialismo”. Eso, según el líder de la ultraderecha, llevó a Brasil “a una situación de corrupción generalizada” y propició, además, “ataques ininterrumpidos a los valores religiosos” respaldados por el Foro de Sao Paulo, organización que reúne a partidos de la izquierda de América Latina.
También ha hecho alusión a los alrededor de 10.000 médicos cubanos que, hasta fines del año pasado, operaban en Brasil mediante planes de cooperación firmados por Gobiernos anteriores y que La Habana decidió retirar tras las críticas de Bolsonaro a sus autoridades.
El gobernante brasileño ha asegurado que, con la retirada de esos profesionales cubanos, Brasil “dejó de contribuir con la dictadura cubana”, a la cual aseguraba que los gobiernos anteriores enviaban “300 millones de dólares anuales” mediante esos programas de cooperación.
Bolsonaro ha recordado que “en los años 60, agentes cubanos fueron enviados a toda América Latina” para promover el “socialismo” y fueron “derrotados”, en una “guerra que también vencimos” en Brasil. Y ha afirmado que hoy unos “60.000 cubanos” están en Venezuela y actúan en las áreas de “inteligencia y defensa” para mantener en el poder a una “dictadura” que ha implantado en ese país que “antes ya fue tan próspero”, la “barbarie del socialismo”.
Bolsonaro ha destacado el esfuerzo de Brasil por acoger a los miles de venezolanos que han llegado al país en busca de una nueva vida y dijo que su Gobierno seguirá “trabajando para que la democracia sea restablecida en Venezuela” y para “que otros países de la región no experimenten ese nefasto régimen del socialismo”.
Con información de El Mundo.