El movimiento indígena anunció que se levantan las movilizaciones antigubernamentales en todo el territorio.
Este domingo, tras 11 días de protestas contra el ‘paquetazo’, el Gobierno de Ecuador y el movimiento indígena acordaron dejar sin efecto el Decreto Ejecutivo 883, que elimina el subsidio a los combustibles.
Las partes, tras un diálogo entablado la tarde de este 13 de octubre, con mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, resolvieron establecer una comisión para crear un nuevo decreto.
“Ha triunfado la sensatez, la pasión y la decisión de vivir en paz”, dijo el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Gerardo Cabrera.
Arnaud Peral, coordinador residente de la ONU en Ecuador señaló por su parte, que la comisión para la creación del nuevo decreto comienza su trabajo “ahora mismo, no mañana ni pasado”, tras finalizar las declaraciones públicas.
El secretario particular del Presidente de la República, Juan Sebastián Roldán, señaló que el nuevo documento debe garantizar “que los contrabandistas no se enriquezcan más y que los ricos no se llenen de dinero con los subsidios que no le corresponden”.
Se levantan las movilizaciones
El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), Jaime Vargas, anunció que se levantan las movilizaciones antigubernamentales en todo el territorio. “Reconocemos la valentía de hombres y mujeres que salimos a nuestras calles; creo que es el único camino de buscar vías importantes para un verdadero desarrollo del país”, enfatizó.
Vargas aprovechó el momento para solicitar nuevamente la remoción de sus cargos a los ministros del Interior, María Paula Romo; y de Defensa, Oswaldo Jarrín, por la represión policial y militar durante las manifestaciones, con clara “violación a los derechos humanos”.
Como muestra de ello, comunicó que hubo “más de 2000 heridos, más de 1000 presos, alrededor de 10 asesinados y el número puede aumentarse este momento (porque hay) alrededor de 100 desaparecidos en el país”. Aunque, pocas horas antes, el balance de la Defensoría del Pueblo fue de siete 7 muertos, 1340 heridos y 1152 detenidos.
“Ya no queremos más represión, desde este momento”, pidió el representante indígena y señaló que con la salida de esos ministros “el pueblo ecuatoriano tendrá paz y libertad”.
Vargas manifestó que espera que esta apertura al diálogo continúe con el Gobierno para “construir proyectos importantes, proyectos participativos, proyectos que beneficien verdaderamente al país y al pueblo”.
Sacrificios de cada una de las partes
“Hemos tenido un acuerdo […] que ha significado sacrificios de cada una de las partes”, manifestó el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, y celebró que “la palabra que en esta última instancia más se ha repetido ha sido la de la paz”.
Agradeció a todos los que “participaron en este proceso de paz” y mencionó que considerará las peticiones extras del movimiento indígena.
Roldán enfatizó que estos 11 días de protesta “golpearon severamente” y defendió la labor de los policías y militares que, dijo, “han cumplido con su deber en las calles y ellos hoy también celebran la tranquilidad”. Mencionó que tras estos días de manifestaciones, “los delincuentes, los que saquearon, los que secuestraron se tienen que ir a la cárcel”.
11 días de intensas protestas
El acuerdo se alcanzó tras 11 días de intensas protestas en el país. Las manifestaciones comenzaron el pasado 3 de octubre, dos días después que Moreno anunciara, en cadena nacional, varias medidas económicas.
Una de esa medidas, que se confirmó mediante el Decreto Ejecutivo 883, que se publicó el 2 de octubre, fue la eliminación del subsidio a las gasolinas extra y ecopaís, las más usadas en Ecuador; así como al diésel.
Con la eliminación de los subsidios, las gasolinas extra y ecopaís pasaron de costar 1,85 doláres a 2,39 por galón; mientras, el diésel subió de 1,03 dólares a 2,29, un aumento del 123 %.
En el diálogo de este domingo, Moreno señaló que esa medida se tomó para quitar este beneficio a “los más ricos del país”, así como a los “contrabandistas”.
Las manifestaciones se vivieron en casi todo el país, con bloqueos de vías y marchas continuas. La CONAIE decidió aumentar la presión y convocó a una huelga general, con concentración en Quito, para el miércoles 9 de octubre.
Respondiendo a esa convocatoria, el pasado lunes 7 de octubre, comenzaron a llegar miles de personas, principalmente de los movimientos indígenas a la capital ecuatoriana. Ante la presión el presidente Moreno trasladó la sede del Gobierno central a Guayaquil, en el litoral ecuatoriano.
La huelga del miércoles, que lideró el movimiento indígena, se celebró de manera pacífica. Los manifestantes marcharon hasta el Centro Histórico de Quito y se concentraron en los alrededores de la Casa de la Cultura. Ante la falta de comunicación con el Gobierno, la CONAIE decidió mantenerse en Quito.
Represión y violencia
El jueves, la CONAIE dio a conocer que dos de sus miembros murieron durante la movilización del miércoles. En la Casa de la Cultura, durante la celebración de su asamblea popular, hicieron el velatorio de uno de los caídos: Inocencio Tucumbi.
Ese mismo día, retuvieron a ocho policías, durante unas horas, como medida de presión. Los uniformados fueron liberados en la noche, ante la mediación de la ONU.
El viernes, los manifestantes vivieron un fuerte episodio. La movilización indígena se apostó frente al Parlamento, con la mujeres y niños al frente. Cantaban, comían e, incluso, compartían con los policías; de pronto, los uniformados decidieron lanzar una lluvia de gases lacrimónegos y perdigones, que generó pánico entre los descontentos.
Desde ese día, parte del movimiento indígena vivió tensos momentos con los uniformados. A las bombas lacrimógenas y los perdigones, respondían con piedras, palos y otros objetos.
A la par de la movilización indígena, algunos violentos, en su mayoría encapuchados, generaron destrozos en Quito. La CONAIE se distanció de ellos y anunció que les aplicaría la “ley indígena”.
La respuesta del Gobierno
Desde el primer día de las manifestaciones, la respuesta gubernamental fue dura. Moreno decretó, el mismo 3 de octubre un estado de excepción, que lo facultó para aumentar el número de policías y militares en las calles.
También, se decretó una restricción de movilidad en “áreas sensibles y estratégicas” del país, que regía desde las 20:00 horas, hasta las 05:00.
El golpe más duro llegó el sábado, cuando miles de personas permanecían en las calles de Quito. el mandatario decretó “toque de queda” en la capital, con apenas 38 minutos de anticipación para su entrada en vigor.
Hasta ahora, las medidas se mantienen, hasta tanto los manifestantes abandonen Quito.
INFORMACIÓN DE RT EN ESPAÑOL