El gobierno del presidente Evo Morales denunció ayer un intento de golpe de Estado que impulsan los líderes opositores Fernando Camacho, del Comité Cívico de Santa Cruz, y Carlos Mesa, candidato presidencial perdedor, mientras grupos de policías se amotinaron en distintas ciudades del país tras 17 días de protestas. El Comando General de la Policía Boliviana señaló en un comunicado que los efectivos policiales se encuentran acuartelados y no amotinados.
La cancillería señaló en un comunicado, fechado el 7 de noviembre, que ambos opositores buscan generar caos y derrocar el gobierno al pedir la renuncia del presidente, y que el ejército desconozca al gobierno, luego de que rechazaron la auditoría de los comicios del 20 de octubre realizada por la Organización de Estados Americanos.
Hermanas y hermanos, nuestra democracia está en riesgo por el golpe de Estado que han puesto en marcha grupos violentos que atentan contra el orden constitucional. Denunciamos ante la comunidad internacional este atentado contra el estado de derecho, tuiteó el mandatario al cierre de esta edición.
En otro tuit agregó: Convoco a nuestro pueblo a cuidar pacíficamente la democracia y la Constitución Política del Estado para preservar la paz y la vida como bienes supremos por encima de cualquier interés político. La unidad del pueblo será la garantía para el bienestar de la patria y la paz social.
Este viernes la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) de Cochabamba fue la primera en rebelarse y poco después se amotinaron los comandos de la policía de Sucre y de Santa Cruz, rica región del oriente del país y bastión opositor.
Estamos amotinados, dijo escuetamente a una televisora local -y con el rostro cubierto- un policía de la UTOP de Cochabamba, unidad encargada de reprimir manifestaciones. Otro agente, también con el rostro cubierto, señaló: La policía de Chuquisaca (Sucre) se está uniendo en apoyo a los camaradas que se han amotinando en Cochabamba.
En Santa Cruz, otro grupo de policías extendió una pancarta con la leyenda Motín policial en lo alto del edificio del Comando Departamental de la ciudad.
El ministro de Defensa, Javier Zavaleta, aclaró que no aplicará una operación militar para someter a los policías rebeldes.
El comandante general de la Policía, Yuri Calderón, señaló que el motín registrado en Cochabamba, es un tema aislado, que se explica por el relevo del comandante Raúl Grandy, al que sustituyó Jaime Edwin Zurita.
En tanto, cientos de opositores se aglomeraron en la noche frente a cuarteles policiales en varias ciudades del país para presionar a los policías que sigan el ejemplo de un grupo de agentes que más temprano se amotinó en la tercera semana de protestas en el país.
Horas antes, Morales aseguró que no renunciará luego de que Camacho lo presionó para que reciba una carta en la que se exige su dimisión tras las manifestaciones que han dejado tres muertos y más de 300 de heridos.
Las protestas más fuertes tienen lugar en Santa Cruz, un bastión opositor, en Potosí y en La Paz. La Organización de Naciones Unidas condenó los hechos violentos y llamó al diálogo.
Con información de La Jornada.