La campaña para las nuevas elecciones generales arranca este lunes en Bolivia, liderada en los sondeos por el partido de Evo Morales, quien aspira a conseguir un escaño en el Senado que le permita volver desde su exilio en Argentina.
Los partidos y alianzas tienen plazo hasta este lunes para inscribir a sus candidatos a presidente, vicepresidente, senadores (36) diputados (120) ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE), y seis han anunciado que competirán en los comicios del 3 de mayo.
A partir “de ese momento [el cierre del registro de postulantes] se abre la posibilidad de que los candidatos y alianzas políticas puedan comenzar a acercarse a la ciudadanía y ganar más adhesiones”, dijo el presidente del TSE, Salvador Romero.
El TSE tiene el desafío de organizar unos comicios transparentes luego de la anulación de la votación del pasado 20 octubre, en la que Morales había ganado un cuarto mandato consecutivo, pero fue anulada por denuncias de fraude.
Los siete magistrados que conforman el tribunal que supervisaron esos comicios están detenidos, luego de un informe –que no concluyó– de una auditoría de una misión de la OEA que encontró irregularidades en favor del entonces presidente izquierdista, lo que condujo a su renuncia el pasado 10 de noviembre.
Morales, quien gobernó casi 14 años, enfrenta una orden de detención bajo cargos de “sedición y terrorismo”. De ganar un escaño conseguiría inmunidad, lo que le permitiría regresar a Bolivia desde Argentina, a donde llegó el 13 de diciembre después de asilarse primero en México.
El ex mandatario indígena no puede postularse a la presidencia, por lo que su Movimiento al Socialismo (MAS) llevará de abanderado al ex ministro de Economía y artífice del despegue económico boliviano, Luis Arce, quien encabeza las encuestas de intención de voto con 26 por ciento.
También decidieron postularse la actual presidenta transitoria de derecha Jeanine Áñez; el ex mandatario de centro Carlos Mesa (2003-2005); y el líder cívico de derecha de la rica región oriental de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, quien lideró las protestas que condujeron a la caída de Morales.
También anunciaron su decisión de postularse el pastor evangélico de origen coreano Chi Hyun Chung y el ex presidente conservador Jorge Quiroga (2001-2002).
Al igual que en las elecciones anuladas, los adversarios de Morales no han sido capaces de unirse en torno a un candidato único, por lo que han sido blanco de fuertes críticas.
Los cinco rivales de Morales sostuvieron una reunión el sábado para intentar unirse y llevar un abanderado común, pero la cita terminó sin acuerdo para evitar la fragmentación de sus votos que favorece la aspiración del MAS de volver al poder.
Esos cinco candidatos pareciera que están en un “concurso de ególatras”, dijo el activista y rector de la principal Universidad de Bolivia, Waldo Albarracín.
Una encuesta de la firma Mercados y Muestras, difundida la semana pasada, coloca a Mesa y Camacho empatados en el segundo lugar con 17 por ciento. Les siguen Áñez con 12 por ciento, Chi con 6 por ciento y Quiroga con 3 por ciento.
Una posible segunda vuelta está prevista para el 14 de junio y el nuevo gobierno y el nuevo Congreso deben asumir a fines de junio o en julio.
Los bolivianos volverán a las urnas seis meses de que Morales, amigo de Cuba y Venezuela, dimitiera empujado por una fuerte convulsión social, un motín policial y la presión de los jefes militare.
“Quieren proscribirme”
Desde Argentina, donde instaló su cuartel general, Morales conducirá al MAS a las primeras elecciones en 18 años en que él no es su candidato presidencial.
El exgobernante de 60 años anunció su decisión de postularse al Senado por su bastión de Cochabamba, la región central donde inició su carrera sindical y política, y ha denunciado que funcionarios del gobierno provisional intentan impedir que formalice su candidatura.
Morales dijo que su certificado del servicio militar fue sustraído a una asesora suya que fue detenida. Este documento es obligatorio para oficializar una candidatura, pero el TSE indicó que puede entregar una fotocopia.
“Cuando era dirigente fui detenido y confinado. Siendo diputado, fui enjuiciado y expulsado del Parlamento por defender los derechos de los bolivianos. Ahora, los golpistas, quieren proscribirme evitando mi postulación a la ALP (Asamblea Legislativa Plurinacional). No nos van a acallar”, escribió en Twitter.
El abogado del ex presidente indígena, Raúl Gustavo, dijo que pidió el domingo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ente autónomo de la OEA con sede en Washington, que dicte una medida cautelar para que en Bolivia “se garantice la oficialización de la candidatura de Morales al cargo de asambleísta”.
Con información de La Jornada.