En medio de acusaciones de corrupción y nexos con la delincuencia, el delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en Quintana Roo, Javier Ocampo García, fue separado del cargo, y Enrique Pérez García, fiscal de esa dependencia, fue detenido por orden de un juez de primera instancia. Apenas el viernes pasado, la subdelegada Bertha Reyes renunció.
Fuentes oficiales revelaron que Pérez García fue aprehendido el sábado por la mañana en Cancún y trasladado a las oficinas centrales de la FGR, en la Ciudad de México.
A principios de agosto pasado Pérez García y Bertha Reyes fueron acusados en una manta colgada en un parque de la ciudad, supuestamente firmada por el cártel Jalisco Nueva generación, de violar acuerdos, y los amenazaron: “O nos cumplen o los vamos a reventar”.
En mayo pasado los abogados del bar Dassan Golden Palace, en la zona hotelera, acusaron en conferencia de prensa al delegado Javier Ocampo García y a sus fiscales de incurrir en corrupción al clausurar ese centro nocturno.
Se presume que el establecimiento es propiedad de Isidro Santamaría Casanova, ex dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en Quintana Roo, quien el 26 de julio fue aprehendido por la FGR acusado de trata de personas.
Los abogados del centro nocturno también acusaron al fiscal Enrique Pérez García y a otros agentes federales de robar artículos de valor del inmueble durante el cateo.
Otros empresarios, entre ellos Florian Tudor y Chakib Naif, aseguraron que el delegado de la FGR utilizaba a sus fiscales para extorsionarlos y saquear sus negocios en los cateos.
Ocampo García rindió protesta a finales de julio de 2018. Durante su gestión aumentaron las ejecuciones en la entidad, principalmente en Cancún y Playa del Carmen.
En 2018 se reportaron más de 550 asesinatos que tendrían relación con la delincuencia organizada, mientras en 2019 suman 450.
Con información de La Jornada Maya.