25 de febrero de 2020
La industria maquiladora de México aplica un esquema de subcontratación ligado a las grandes transnacionales que suma tres millones de trabajadores, excluidos de las estadísticas oficiales, aseveró el doctor Enrique de la Garza Toledo, Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Las formas de outsourcing en ese sector funcionan en empresas con instalaciones propias que maquilan productos o partes de una mercancía para otra compañía dominante y que están sujetas a contratos que les imposibilitan comercializar su producción en el mercado abierto.
El tema laboral ha sido relegado y sólo a raíz de la negociación del nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, la reforma de 2012 –aprobada en el Congreso, principalmente por los Partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI)– estableció restricciones a este tipo de convenios, aunque no han sido aplicadas, por lo que resulta fundamental que el gobierno de la denominada Cuarta Transformación incluya la subcontratación en el artículo 15 de la Ley Federal del Trabajo.
“Existen maquiladoras que fabrican bienes en la propia empresa como parte del proceso productivo, por ejemplo la planta Ford de Cuautitlán Izcalli, cuyos trabajadores subcontratados operan en la línea de motores”, señaló el profesor del Departamento de Sociología en la Unidad Iztapalapa.
El miembro Emérito del Sistema Nacional de Investigadores puntualizó que el marco jurídico debe distinguir la compra-venta de autopartes como una relación mercantil y no laboral, pues a pesar de que en la práctica son autopartistas, la firma compradora vigila la tecnología que emplea, el nivel y los salarios que paga.
En la frontera norte del país “abundan changarros de contratación de capital humano que lo único que poseen es una carpa y una silla; carecen de infraestructura y su labor se concreta en captar a potenciales empleados sin obligación legal alguna.
En la mayoría de los casos, estos establecimientos desaparecen sin dejar rastro”. La ley en la materia debe prohibir la existencia del mundo de la subcontratación, que tiene como propósito central abatir el costo de la fuerza de trabajo y reducir los salarios, afirmó en la mesa redonda La polémica de la subcontratación en México, realizada en el Centro de Difusión Cultural Casa del Tiempo de la UAM.
Para contar con una mejor regulación es necesario abarcar los matices de este fenómeno, por lo que es necesaria una amplia discusión con todos los actores productivos, concluyó de la Garza Toledo.
El abogado laboralista José Alfonso Bouzas Ortíz, investigador de la Universidad Nacional Autónoma México (UNAM) informó que en la actualidad se discuten cuatro iniciativas para regular esta vinculación laboral: una en la Cámara de Diputados; otra en la Cámara de Senadores (ambos proyectos de Morena); los sindicatos patronales tienen su propuesta y la Secretaria de Trabajo y Previsión Social formuló una cuarta iniciativa.
De éstas es probable que surja un acuerdo que medie las posturas encontradas, ya que la presentada por senadores propone la imposición de multas severas, mientras los patrones plantean que se subcontraten todas las actividades de la empresa pero en el rubro de sanciones su postura es muy laxa.
El desafío para México es que este esquema no redunde en disminución salarial ni de derechos laborales; sin embargo, “no conozco en México una subcontratación benéfica sino una precarizante que, entre otros efectos negativos, acaba con la estabilidad en el empleo y elimina el derecho de asociación y de contratación colectiva”.
Con información de Noticias MVS.