No se trata de criticar a los Green Bay Packers. No se trata de criticar a ninguno de los equipos que, sin querer, se han visto beneficiados por los pañuelos dudosos a lo largo de la nueva temporada de la NFL.
Pero sí se trata de lanzar una dura crítica en contra de los oficiales, de sus procesos para tomar decisiones, e incluso de la cabeza de los oficiales en la liga, Al Riverón.
No se trata de buscar culpables, pero sí de señalar a los responsables de solucionar el problema, porque lo que vemos semana tras semana, juego tras juego, es ya insostenible.
Quienes me conocen saben perfectamente que siempre evitaré, a toda costa, hablar de los oficiales como factor en los resultados. Pero todo tiene un límite, y ese límite se alcanza cuando ya es absolutamente innegable que los oficiales son factor para decidir los resultados.
Las reglas del fútbol americano pueden considerarse como complejas, pero su aplicación no debe serlo. Al contrario, debe ser un proceso muy sencillo, auxiliado en ciertos casos, por las repeticiones en video.
“La acción X sucedió o no sucedió”. “El supuesto Y previsto en el reglamente se dio o no se dio”. Las explicaciones sobre la aplicación de las normas deben ser, idealmente igualmente sencillas. Blanco y negro, sin áreas grises, como los uniformes que portan.
Pero lo que ahora nos dicen los oficiales que está sucediendo en el campo mediante sus pañuelos, no está correspondiendo a lo que cualquier fanático promedio puede ver con sus propios ojos, y eso le está robando credibilidad al cuerpo arbitral y diversión al deporte.
Voy a ser sincero. No llevo la cuenta, equipo por equipo, para tratar de descifrar a cuáles equipos se les perjudica o beneficia más. No me interesa, porque no creo que haya una línea ordenada por la liga para ayudar a unos cuantos. Reitero, porque quiero ser muy claro en este sentido: no creo que haya alguna confabulación a favor de algunos, en contra de otros.
Lo cierto es que los oficiales están sacando los resultados de los partidos de las manos de coaches y jugadores. Los oficiales están llevando los partidos por otros caminos. Lo visto en el “Monday Night Football” en contar de Trey Flowers de los Detroit Lions, en dos ocasiones, es imperdonable. Es, para mí, un punto de no regreso.
Sea cual sea el equipo que apoyas, sea que sigas los partidos de la NFL por televisión o desde el estadio, los fanáticos esperan un mejor producto. La liga vive una crisis –sí, esa es la palabra– en cuanto a la forma en que se trabajan los partidos por parte de sus oficiales, y es urgente resolverla.
El primer paso sería aceptar que existe el problema.
A menudo, se describe a la NFL como la mejor liga del mundo. Eso no significa que es perfecta. Para seguir portando ese calificativo, la NFL requiere urgentemente corregir sus errores, que no son pocos, y el tema de los oficiales debe ser lo primero en la lista.
Con información de ESPN.