La Revolución Mexicana es el periodo de conflicto armado que inició en 1910 y en el que maderistas, villistas, zapatistas, carrancistas, obregonistas y fuerzas gubernamentales se confrontaron para imponer su visión de país, hasta la promulgación de la Constitución de 1917, con que se le puso fin oficialmente. Es en ese contexto bélico que el futbol, amateur a todas luces, ya daba sus primeros pelotazos en México.
“La Liga importante era la Liga Amateur del Distrito Federal y para el inicio de la Revolución Mexicana quedan nada más tres equipos de futbol: el Reforma Athletic Club, Pachuca Athletic Club y el British Club.
En Guadalajara, desde 1908 existe el equipo del Guadalajara, primero compuesto por franceses y belgas, en 1906 y para 1908 ya solamente por mexicanos, pero no hay una Liga como tal, hay algunos equipos que comienzan a jugar, pero no tienen la importancia de una Liga ya hecha como la que existía del Distrito Federal”, cuenta el historiador deportivo Carlos Calderón.
Fue entonces que “muchos ingleses huyen del país y un grupo de mexicanos comienza a tomar la estafeta de los equipos de los ingleses; empiezan a aparecer personajes como Cirilo Roa, se crea el Club México, el primer club no inglés; surge Alfonso Ortiz, Carlos Orozco y otros jugadores”, agrega.
Las continuas balaceras y emboscadas hicieron que los traslados, para cumplir con los partidos de visitante, representaran arriesgar la vida.
“En alguna ocasión el Pachuca tenía que viajar en un camioncito de redilas, que consiguieron en la mina de Santa Gertrudis, para jugar contra el Reforma Athletic Club; solo cabían 10 jugadores, sacaron unas pajitas y Fred Williams perdió y tenía que buscar otro medio de transporte. Para no dejarlo solo, Alfred C. Crowle, líder y capitán, decide irse con él a caballo y en el trayecto son detenidos por zapatistas que pensaron que eran gringos. Uno de los encargados de fusilarlos se da cuenta que son jugadores del Pachuca Athletic Club; les quitan los caballos, pero los acompañan varios kilómetros y los liberan en la sierra. Tardan seis días en regresar a Pachuca; cuando llegan Fred llora y Crowle pregunta si ganaron o perdieron”.
¿Cómo estaban conformados los equipos?
“Por ingleses, escoceses que vienen a México a las minas, sobre todo en Pachuca; eran técnicos, ingenieros. Es un estatus de clase media, media alta, pero también con mineros, que aunque ingleses, con menores recursos. Con la Revolución encima baja un poco ese estatus, porque empieza a jugar elementos mexicanos de clase baja y con la llegada del Atlante, se nota todavía más. Ya con la entrada del Club España en 1912 y equipos como el Club Germania o el Francés aumenta un poco el estatus por las colonias extranjeras que intervienen, pero no deja de ser algo de clase media para abajo”, relata.
Un ejemplo claro de cómo pertenecer a un club hablaba del estatus social, es el Atlante (1916), al que “llegan a trabajar en la policía de la Ciudad de México, los del Asturias y España reciben algo por parte de los socios, que son dueños de negocios”; incluso, en el periodo posrevolucionario jugar con tales colores representaba clase.
“En el Necaxa (1923), los jugadores están inscritos para trabajar y muchos de ellos lo hacen poniendo postes de luz, arreglando las casas. Tenían que trabajar entre semana, porque el futbol no era de paga, era lúdico; su dinámica era jugar, sin entrenamientos ni transporte en el que llegaran todos juntos”.
Relación política-futbol “Hacia el 1912 prácticamente no se le presta atención al futbol; es un deporte que se está jugando, pero que no hay mucho político metido, uno podría ser Bartolomé Vargas Lugo, portero del Pachuca y luego Gobernador (1929-1933). Cuando se nota que la política ya busca un poco más al futbol es el torneo del Centenario de la Independencia en 1921, y Álvaro Obregón crea algunos eventos, entre ellos uno de futbol, el primer torneo nacional; anecdótico que llegan a la Final los dos equipos españoles, Asturias y España, que gana la Copa”.
Con información de Milenio.