Ramón López Velarde transformó la poesía con sus imágenes y metáforas literarias

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A 132 años del nacimiento del poeta modernista Ramón López Velarde (1888-1921), la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), recuerdan este 15 de junio al autor zacatecano cuya obra es aún objeto de análisis, investigaciones, estudios y encuentros, debido a la riqueza de su lírica plasmada en imágenes y versos.

“La obra de Ramón López Velarde me asombra y maravilla. Su vocabulario es sorprendentemente rico y preciso para su joven edad”, refiere en entrevista el poeta Marco Antonio Campos.

Y añade: “Da la impresión que todas las palabras que leía u oía se le quedaban en la memoria y los sentidos para que, en el momento de redactarse con mano de imaginativo orfebre, tuvieran en la frase y verso un resplandor que pasaba de los ojos a la mente, de ella al corazón y luego a todo el cuerpo”.

En charla virtual, Campos añadió que las imágenes y metáforas creadas por López Velarde provenían de manera abundante de los símbolos religiosos y, en menor medida, de la ciencia, además de tecnicismos de la vida moderna, de la anatomía humana y de palabras propias de la geometría y las matemáticas.

Para el escritor y editor Fernando Fernández resulta primordial compartir las imágenes poéticas contenidas en los versos del poeta zacatecano con las nuevas generaciones, esto no sólo para difundir su obra, sino para dimensionar el influjo del autor en la literatura mexicana.

“Creo que lo que más podemos hacer es invitar a los jóvenes a que se acerquen a López Velarde, hablar sobre algunos aspectos de su vida, los dos libros extraordinarios que publicó, su personalidad carismática y, sin duda alguna, su poética”, agregó.

Tsunami en la poesía

Por su parte, el escritor y ganador del Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2013, Ernesto Lumbreras, destacó la importancia de Zozobra (1919) “ese tsunami que cambió la poesía mexicana de ese periodo”.

Asimismo, aseguró que El minutero (1923) reveló a López Velarde como un prosista excepcional que está a la altura de otros grandes escritores mexicanos.

Ramón López Velarde es originario de Ciudad de Jerez, Zacatecas, donde nació el 15 de junio de 1888. Estudió humanidades en el Seminario Conciliar de Zacatecas, en el Seminario Conciliar de Santa María de Guadalupe en Aguascalientes y en el Instituto de Ciencias de la ciudad hidrocálida. En 1908 ingresó a la Escuela de Leyes del Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí y fue colaborador en diversas revistas y periódicos de provincia.

En 1912 se estableció en la Ciudad de México donde ocupó puestos burocráticos y se desempeñó como profesor de la Universidad Popular Mexicana, así como maestro de literatura en la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y en la Escuela de Altos Estudios de la Universidad Nacional.

Su lírica

La obra de López Velarde destaca por su lírica, aunque también cultivó la narrativa. Entre sus textos se encuentran El don de febrero y otras prosas, Correspondencia con Eduardo J. Correa y otros escritos juveniles, así como los poemarios La sangre devota y El son del corazón. Su poema La suave patria (1921), considerado obra maestra de las letras mexicanas, el cual ha suscitado debates por las diferentes interpretaciones que de éste se han hecho, se publicó de manera póstuma en la revista El maestro. López Velarde falleció en la Ciudad de México el 19 de junio de 1921 a los 33 años.

Con información de Secretaría de Cultura.