En la versión decimooctava del Premio Nacional de Periodismo, La Jornada fue reconocida con tres galardones. A la periodista y escritora Cristina Pacheco le fue otorgada una distinción por su trayectoria, Rafael Barajas, El Fisgón, fue premiado en la categoría de Caricatura/Humor, por La Pietá en Veracruz, y en el rubro de Fotografía, a Víctor Manuel Camacho fue reconocido por su trabajo Del Sur al Norte, que retrata los principales aspectos de la primera caravana migrante que se adentró al país rumbo a Estados Unidos.
En la ceremonia se destacó el hecho de que ante las adversidades que enfrenta el sector “se percibe que, lejos de apoyar o respaldar el trabajo del gremio se les descalifica y cuestiona por disentir de la postura oficial”.
María Teresa de Jesús Arroyo, presidenta del jurado, expuso: “Reconocemos que son días difíciles para el periodismo en México, al ser nuestro país considerado el más peligroso del mundo para ejercer esta actividad, y si a eso agregamos bajos salarios, el panorama para los comunicadores no es nada alentador”.
Lamentó las “deplorables condiciones laborales y la inseguridad” en las que se encuentran muchos comunicadores. “Se sigue matando a periodistas cuyo trabajo resulta incómodo para algunos. Son 13 los comunicadores asesinados en lo que va de esta administración federal, sin que se haya hecho justicia”, deuda que se arrastra por sexenios.
Con 59 años de vida activa en la profesión, Cristina Pacheco agradeció el galardón y sostuvo que ha dedicado su vida a contar historias. En La Jornada, lo hace cada fin de semana en Mar de Historias.
“Los siento a ustedes como parte de una familia que se nutre de la información, pero que también con sus historias particulares enriquecen al periodismo. He dedicado mi vida a contar historias, a inventar historias, pero la otra parte de la vida que me fascina y me deslumbra es la que consiste en trabajar, vivir y dar vida al periodismo”.
Sostuvo que “un periodista es un trabajador que tiene que enredarse con la vida, y la vida no es lo que nos queremos imaginar ni lo convencional, en la vida real, en la vida de todos los días se mezclan la esperanza, esfuerzo, pérdida, dolor, ilusión. No es solamente el premio, es la compañía, es una prueba de cuanto se puede respetar a las palabras, y qué otra cosa somos, más que hijos de las palabras”.
En La Pietá en Veracruz, El Fisgón retrata el dolor de las madres de los desaparecidos en ese estado. Sobre su creación, indicó que “está inspirada en uno de los horrores de lo que ha sido el narcoestado que implantó en nuestro país lógicas espeluznantes, y está dedicado al colectivo Solecito”. Con ironía, aprovechó para enviar “un saludo a Genaro García Luna”, aprehendido en Estados Unidos por presuntos nexos con el narco. Sobre su trabajo fotográfico, Camacho sostuvo que “los migrantes del sur al norte son mundiales, ojalá pronto estemos listos para aceptarlos”.
En la categoría de Entrevista se premió el trabajo Necesito saber a quién voy a perdonar. La protagonista, María Herrera, madre que busca a sus cuatro hijos desaparecidos, señaló que “podría estar de acuerdo” con el Presidente, cuando dice que “hay que perdonar”, pero remarcó que esto sólo podría suceder “siempre y cuando yo sepa a quién voy a perdonar” y sepa que esa persona “no va a seguir destrozando hogares como lo hizo con el mío”.
Con información de La Jornada.