¿Podría usarse alguna vacuna contra el estrés o cualquier trastorno mental? Una bacteria no patógena que crece en la tierra se ha utilizado para desarrollar una vacuna que redujo la respuesta al estrés en ratones.
En el futuro, un medicamento similar inyectado en seres humanos podría protegernos contra los síntomas similares al trastorno de estrés postraumático (TEPT), al igual que las vacunas actuales nos protegen contra varias enfermedades.
Investigadores de la Universidad de Colorado, liderados por Cristopher Lowry, encontraron que la exposición a la bacteria saprófitas Mycobacterium vaccae, inyectada a ratones con conductas agresivas redujo reacciones inducidas por el estrés en los animales.
La investigación se vincula con la idea de «viejos amigos», una hipótesis que afirma que los humanos evolucionaron conjuntamente con un grupo de microorganismos útiles, y que la pérdida de esos lazos en el entorno moderno han llevado a un aumento de las enfermedades alérgicas y autoinmunes.
En el estudio, los investigadores aislaron y sintetizaron químicamente un ácido graso llamado ácido 10 (Z) -hexadecenoico, que parece ser la forma en que la bacteria puede reducir la inflamación en otros animales.
A nivel molecular, el lípido parece funcionar al unirse a los receptores llamados receptores activados por el proliferador de peroxisomas (PPAR). Al hacerlo, inhibe las vías de inflamación, al menos en las células inmunes de ratones tratados experimentalmente.
El descubrimiento, publicado en la revista Psychopharmacology, sugiere que aunque los hallazgos son extremadamente atractivos falta mucho trabajo para observar el mismo efecto en los seres humanos.
De conseguirlo, la vacuna ayudaría a las personas con alto riesgo de desarrollar un trastorno de estrés postraumático.
Lowry se dice bastante optimista y calcula que en 10 o 15 años podría estar disponible.
“El poder de la naturaleza continúa sorprendiéndonos como científicos y esperamos aprender más”, concluye.
Con información de Muy Interesante.