Aunque es conocida su peligrosidad y lo pernicioso de sus efectos cuando se llevan a cabo en lugares con autoridades débiles u omisas, que incluso las enaltecen como bondadosas en lo económico, las fiestas de excesos tipo techno o rave donde la estridencia, la generación indiscriminada de desechos, el consumo de alcohol y de todo tipo de drogas ilegales es desbordada y sin control son ya el pan de cada día en Tulum e invaden -ante la complacencia de la autoridad local- incluso las presuntas zonas naturales protegidas como es el Parque Nacional Tulum.
Desde el día de ayer, e incluso anunciadas para continuar hasta la madrugada del lunes, dos fiestas de ese tipo se llevan a cabo nada menos que dentro del polígono del Parque Nacional Tulum, PNT, donde supuestamente están prohibidas según un oficio firmado por el propio director de ese polígono de poco más de 660 hectáreas adscrito a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Lic Fernando Alonso Orozco Ojeda.
La indignación de varios hoteleros con centros turísticos al interior del parque y que han acatado las estrictas normativas dictadas por la CONANP se dejó sentir en varias entrevistas realizadas por el titular de Tulum en Red en las que de paso dijeron no entender el motivo por el que el director de la presunta área natural protegida violó el oficio F009.DPNT/302/18 firmado por él mismo que ahora brilló por su ausencia.
Con todas las dudas de los hoteleros respetuosos al medio ambiente, que son la mayoría por fortuna, los indicios de qué pudo motivar la permisividad o la omisión de las autoridades la brindaron algunos de los propios trabajadores de vigilancia de los predios denominados “Ikal”, colindante a Playa Maya y “Boa Club de Playa”.
“Aquí los dueños son pesados en la política del Estado y te digo que nadie va a suspender estas fiestas, ni vale que estés tomando fotos o vídeos… aunque seas periodista: los dueños son jefes y tienen a puros jefes de socios”.
Fue la respuesta al cuestionamiento de sí las megafiestas contaban con permisos de las autoridades.
Y es que es ampliamente conocido que los dos predios forman parte de las abundantes propiedades de conocidos políticos del estado: Uno de ellos, el denominado “Ikal”, es mencionado como socio mayoritario, el diputado Juan Carlos Pereyra Escudero, coordinador de campaña de la coalición oficialista en las pasadas elecciones y actualmente diputado en el Congreso de Quintana Roo, mientras que el otro; el predio donde se asienta el denominado “Club de Playa Boa” se conoce que es propiedad del ex presidente municipal de Solidaridad Rafael Castro y Castro.
En el jugoso negocio de organizar este tipo de festividades de excesos y drogas, se conoce que también han incluido a otro empresario inmobiliario que incluso es dueño del más reciente periódico de circulación estatal, franquicia a su vez de un conocido diario nacional.
Con información de Héctor Valdéz de Tulum en Red