Los ocho mexicanos que perdieron la vida en El Paso, Texas, los mataron porque eran mexicanos. Porque el atacante sentía que habían invadido su país.
Desde hace unos años el discurso de odio en Estados Unidos contra las minorías se ha agravado y parte de la culpa, la tiene el propio presidente de ese país, Donald Trump; él ha utilizado la palabra invasión, él ha criminalizado a los migrantes y en particular a los mexicanos.
“Por mucho tiempo, verdad, décadas, se ha sentido yo creo, un sentido como de racismo, que ha estado. Ha sido periférico y ahora se siente que está en el escenario central. De la nación, y que los ataques vienen directamente de la Casa Blanca, del presidente Trump”, expuso Esmeralda Bermúdez, periodista de LA Times.
Desde sus primeras palabras como aspirante presidencial, Donald Trump denostó a los migrantes mexicanos.
“Cuando México nos envía a su gente, no nos envía a los mejores. No te están enviando a ti ni a ti, nos mandan personas que tienen muchos problemas y nos traen esos problemas acá. Traen drogas, traen crimen, son violadores y algunos, asumo, son buenas personas”, dijo Trump.
Con este discurso, y la promesa de construir el muro fronterizo con México, ganó, pero no se detuvo ahí.
Ante la llegada de miles de migrantes a territorio estadounidense, el pasado 15 de febrero reviró con una declaratoria de emergencia en la que usó estas palabras:
“Esta es una gran decisión, porque estamos sufriendo una invasión de drogas, una invasión de pandillas y una invasión de gente, algo inaceptable”, señaló Trump.
Ya se sienten las consecuencias de esta retórica incendiaria. Como esto que ocurrió en un mitin en Panamá City, Florida, en mayo pasado.
“He sido muy criticado por utilizar la palabra invasión, pero cuando tienes 15 mil personas para cuidar dos o tres fronteras, no podemos usar armas, pero como detenemos a esta gente”, dijo Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
El atacante del WalMart en El Paso, Patrick Wood Crusius, escribió un manifiesto que publicó en el foro de internet 8chan.
En el texto “Una Verdad Incómoda”, explicaba que el ataque “es una respuesta a la invasión de hispanos pues ellos “son los provocadores”.
Y que era el inicio de una lucha en defensa del modo de vida estadounidense aprovechando el acceso que tienen sus ciudadanos a las armas.
El sitio ya había sido duramente criticado por permitir la difusión de mensajes de odio como el del autor de la masacre de Christchurch, Nueva Zelanda o la carta abierta del supuesto asesino del tiroteo de la sinagoga en Poway, California. El servidor donde se alojaba ya anunció el cierre de este sitio.
La del fin de semana ha sido la manifestación más violenta de ese sentimiento antiinmigrante que cada vez es más notorio en incidentes comunes en aparentes disputas verbales o incidentes de transito pero que escalan en violencia de forma casi imperceptible.
“La semana pasada fue en Gilroy aquí en California en un festival de Ajo que se celebra y pues había muchas personas, que llegó un pistolero ahí y terminó matando a tres personas, me parece que dos fueron latinos y esta persona si se reportó que escribió una nota, insultando a los mestizos y también motivando a la gente a que leyera acerca de la supremacía blanca”, dijo Esmeralda Bermúdez, periodista de LA Times.
Sin embargo, no es un sentimiento ni generalizado ni completamente extendido.
Al menos no en ciudades como El Paso, mezcla desde su fundación en 1850 de población mexicana y estadounidense y que tras la matanza en WalMart mostró su solidaridad y su repudio.
“El Paso es tan seguro y estoy en shock porque esta no es la comunidad que yo conozco”, comentó Lidia Virrueta, habitante de El Paso, Texas.
“El racismo se tiene que ir, el odio se tiene que ir. Ya es demasiado”, dijo un habitante de El Paso, Texas.
Con información de Noticieros Televisa.