El agua, clave para tener una sociedad más equitativa

El libre acceso al agua es uno de los grandes problemas que enfrenta la humanidad, pues es clave para que las sociedades sean más igualitarias, equitativas; pero también para la vida en la Tierra, consideró Guadalupe Valencia García, titular de la Coordinación de Humanidades.

El derecho al líquido, así como los retos por su manejo, son los temas principales del coloquio virtual Cuencas y Territorios Hidrosociales, su Presente y su Futuro, organizado por la Unidad Académica de Estudios Regionales (UAER), de dicha coordinación universitaria.

Valencia García dijo que el agua es un actor, un derecho, un recurso, un todo a la vez, y la clave para entender y defender el futuro, pues “el uso irracional, irreverente por parte de corporaciones que niegan ese derecho a poblaciones es la hipoteca del futuro, el consumo del futuro y la expresión más clara de injusticia ambiental”.

A su vez, Patricia Ávila García, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, planteó durante su charla sobre los conflictos socioambientales que “éstos se han tornado más complejos en México, pues los canales formales de la justicia ambiental e hídrica se ven cerrados, sobre todo para los pueblos indígenas, campesinos y los pobres del campo y la ciudad”.

En su conferencia magistral Contribuciones Democrático-Culturales de los Movimientos Sociales en Defensa del Agua y la Justicia Ambiental en México, la antropóloga social destacó que en los últimos tiempos se ha agravado la violencia hacia líderes sociales que se oponen al despojo e imposición de megaproyectos o que protestan por las afectaciones ambientales.

Despojo

La ganadora del Premio Internacional en Ciencias Sociales del Banco Mundial precisó que la inserción del país en el modelo económico neoliberal y extractivista conllevó al despojo del preciado líquido y devastación de ecosistemas en beneficio de grandes proyectos nacionales como parques industriales, minería o la firma de acuerdos comerciales internacionales, afectando al disfrute del derecho humano al agua y saneamiento y los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.

“Éstos (los conflictos socioambientales) se han tornado más complejos en México, pues los canales formales de la justicia ambiental e hídrica se ven cerrados, sobre todo para los pueblos indígenas, campesinos y los pobres del campo y la ciudad”, señaló Patricia Ávila del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad

Como ejemplos, recordó los casos de contaminación en Sonora o las agroindustrias en Sinaloa en donde se han abatido acuíferos extrayendo agua fósil y generando problemas en la salud que han sido ampliamente documentados.

“El agravio se relaciona con la falta de cumplimiento de la ley, la normatividad laxa y permisiva, la gestión centralizada y autoritaria del agua y la insustentabilidad en el aprovechamiento del recurso, así como su disposición final y el limitado acceso a la justicia ambiental”, resaltó Ávila García.

“La especificidad del caso mexicano es que, en un contexto de mundialización capitalista, la sociedad ha tenido que organizarse ante las afectaciones emprendidas por el Estado en alianza con actores privados, para defender sus aguas y territorios”, asentó.

Momentos antes, Adriana Sandoval Moreno, coordinadora de la UAER, añadió que reflexiones como éstas en torno al “agua y su asociación con los territorios y las relaciones de poder son de gran relevancia para la toma de decisiones, el diseño de políticas y acción públicas, y organización social”.

También participaron Alex Ricardo Caldera, de la Universidad de Guanajuato, y Uriel Nuño Gutiérrez, rector del Centro Universitario del Norte de la Universidad de Guadalajara.

Con información de UNAM

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