Alrededor de mil cien millones de niñas forman parte de una gran y vibrante generación mundial preparada para asumir el futuro. Como observa ONU Mujeres, la agencia de la ONU encargada de promover la igualdad de género, las niñas van al colegio, ayudan en casa, trabajan en fábricas, hacen amigas y amigos, cuidan de sus familiares mayores y menores y se preparan para asumir las responsabilidades de la vida adulta. Las niñas desempeñan diversos papeles en el hogar, la sociedad y la economía. Por tanto, su progreso no solo es bueno para ellas; también lo es para sus familias, sus comunidades, las naciones y el mundo. Las niñas siempre han cambiado el mundo, y esta generación puede hacerlo aún mejor.
Sin embargo, la mayor parte de ellas están en desventaja y sufren discriminación de género. Por poner algunos ejemplos, solo dos tercios de los países en desarrollo han logrado la equidad de género en la educación primaria, muchas niñas sufren aún prácticas horribles como la ablación, otras son obligadas a casarse muy jóvenes o con alguien que no han escogido, o se ven discriminadas en favor de un hijo varón.
En ese contexto, se enmarca la meta fijada en el Objetivo número 5 de la Agenda para el Desarrollo Sostenible que busca “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y la niñas”.
Una generación de niñas imparables
Hace casi 25 años, alrededor de 30.000 mujeres y hombres de unos 200 países llegaron a Beijing (China) para la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, decididos a reconocer los derechos de las mujeres y las niñas como derechos humanos. La conferencia culminó con la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing Documento PDF: la agenda política más completa para el empoderamiento de las mujeres.
En los años posteriores a la Declaración, las mujeres han continuado luchando para cumplir con esta agenda, liderando movimientos globales en temas que van desde los derechos de salud sexual y reproductiva hasta la igualdad salarial. Actualmente, hay más niñas escolarizadas y que terminan la escuela, hay menos matrimonios infantiles y menos que se convierten en madres mientras aún son niñas, y muchas más niñas pueden formarse y adquirir las habilidades que necesitan para sobresalir en su futuro mundo laboral.
Hoy en día, estos movimientos para empoderar a las niñas se han expandido. Son las propias niñas adolescentes las que lideran estos movimientos. Abordan cuestiones como el matrimonio infantil, la desigualdad educativa, la violencia de género, el cambio climático, la autoestima y los derechos de las niñas a acceder a los lugares de culto o espacios públicos cuando tienen la menstruación. Las chicas están demostrando que no necesitan seguir ningún guión y que son imparables.
Este año, bajo el lema “GirlForce: Unscripted and unstoppable” (una generación de niñas sin un guion prestablecido e imparables), recordamos los logros conseguidos por las niñas y lo celebramos con ellas y para ellas.