Todos tenemos una personalidad única e irrepetible que, conforme crecemos, cambia cada vez menos. En ella, nuestros pensamientos, emociones y conductas se unen para ayudarnos a interpretar y enfrentar todo lo que nos pasa. Cuando esa forma de ser varía o se sale del rango de los normal, puede ser por un trastorno de la personalidad, una enfermedad constante e inflexible que, si no se trata, puede interrumpir tu vida cotidiana. Uno de ellos es el borderline (TB).
También lo puedes haber escuchado como trastorno límite de la personalidad (TLP) y, básicamente, consiste en experimentar emociones muy intensas en lapsos breves de tiempo, inestabilidad para controlar los impulsos e imposibilidad de mantener relaciones interpersonales.
¿De dónde viene?
No tiene una sola causa y es el resultado de una mezcla de factores:
Genéticos: aunque no hay un gen específico, estudios en gemelos sugieren que es hereditaria. Es cinco veces más común en personas que tienen un familiar de primer grado con el mismo trastorno.
Ambientales: acontecimientos traumáticos, como abusos durante la infancia y la separación o abandono de los padres, pueden favorecer su desarrollo.
Biológicos: hay investigaciones que sugieren que algunos de los síntomas tienen una base neurológica, en las áreas del cerebro que controlan las emociones, el juicio y la toma de decisiones.
¿Y si conozco a alguien que lo tiene?
Busca información La ignorancia causa errores. Si te informas, sabrás que las personas con TB necesitan un aliado que esté a su lado cuando requieran ayuda.
Sé empático y comprensivo Es la regla de oro. Recuerda que son personas que sufren y que en los momentos de crisis piensan, dicen y hacen cosas de manera impulsiva que no son contra ti, así que no te lo tomes personal.
No seas sobreprotector Deja que tomen sus propias decisiones y asuman las consecuencias. Aprende a decirles que no y a no ceder a sus exigencias porque pueden ser desmedidas. Un sujeto con TB necesita un ambiente estructurado, con reglas y constancia.
Saber si lo tienes o no es todo un reto porque NO existe una prueba médica (laboratorio o imagen) para diagnosticarlo y porque presentar uno o dos síntomas no significa que lo tengas. El diagnóstico siempre te lo tiene que dar un especialista después de hacer entrevistas psiquiátricas detalladas contigo y tus familiares y amigos, así como evaluaciones y pruebas médicas para descartar otras enfermedades. Si constantemente tienes varios de estos síntomas y no te dejan vivir en paz, habla con un psiquiatra para ver si sufres este mal y que te ayude.
- Esfuerzos desmedidos para evitar el abandono
- Relaciones interpersonales inestables
- Alteraciones de la autoimagen
- Impulsividad
- Pensamientos suicidas
- Pobre modulación del estado de ánimo
- Sentimiento de vacío constante
- Ira intensa o incontrolable
- Episodios psicóticos y síntomas disociativos
- TRATAMIENTO
Depende de cómo evoluciona la persona y puede ser a corto, mediano o largo plazo. Suele ser complicado porque muchos pacientes no lo siguen o lo interrumpen, por eso SIEMPRE debe ser integral, considerando terapia psicológico o algo más si esta no llegara a funcionar.