Roberto Rojo, director del planetario SAYAB de Playa del Carmen, explicó cómo funciona la búsqueda de fármacos en las anémonas; “las anémonas pertenecen a un grupo muy antiguo llamado actiniarios y dentro de este grupo están los corales, las medusas, las anémonas y las hidras, identificados por tener células llamadas cnidocitos, células que poseen una toxina que les permiten atrapar a sus presas”, explicó el biólogo.
Mencionó que estos organismos –las anémonas- no tienen un cerebro definido, o no tienen ojos o no tienen muchas cosas definidas que se dan por sentado que tienen otros animales. “Estos organismos son muy interesantes, se habla de una medusa que es prácticamente inmortal”, comentó.
El también biólogo explicó que nuestras células se van degradando con el tiempo; se van reparando también, pero cuando las células pierden esa capacidad de reparación, se dice que va ganando la degradación, sobreviene el envejecimiento y finalmente la muerte.
“En estas anémonas se han encontrado que constantemente están reparando sus células, en un proceso que no termina, entonces virtualmente estos organismos en particular serían inmortales. Mueren porque se los come algún depredador o por otras razones, pero no por envejecimiento como la mayoría del resto de los seres vivos”, dijo Roberto Rojo.
El investigador comentó que las células tienen un proceso normal de ‘suicidio’, por llamarlo de alguna manera, que se denomina apoptosis, “nuestras células tienen un tiempo de vida determinado la mayoría de ellas, terminan su tiempo y se mueren.
Eso nos permite tener el número suficiente de células, cuando esa señal –la apoptosis- se deja de enviar entonces sigue creciendo y creciendo sin que otras mueran, eso es lo que provoca los tumores”, explicó.
Si esta señal no enviada es muy localizada y no se traduce a otras células es algo llamado tumor benigno. “Se llama benigno porque no se contagia a otras células, pero cuando esta falta de señal se contagia a otras células es un tumor maligno. Qué es lo que ocurre, que las células se van acumulando cada vez más en diferentes partes del cuerpo haciendo estas formaciones que se llaman tumores y que finalmente derivan en una falla orgánica y es cuando sobreviene la muerte por cáncer”, aseguró.
Explicó que el cáncer es complejo, no es una sola enfermedad, y que el origen de esto es la falta de señales del suicidio de las células.
“Por lo que he escuchado del trabajo que está haciendo la investigadora Judith Sánchez Rodríguez no es tanto sobre las células, sino el organismo en sí que tiene un potencial farmacológico.
Por eso en los corales se han encontrado muchos fármacos que podrían ser bases de medicamentos no solo para el cáncer sino para otras muchas enfermedades. De ahí viene la importancia de la conservación de estos ecosistemas, el estudio y el apoyo a la ciencia básica para poder entenderlos muy bien y los resultados y la investigación que ustedes nos ayudan a hacer es para que la gente comprenda que estos animales que están ahí pueden ser muy útiles para toda la humanidad y para eso debemos conservarlos en buen estado”.
Anémonas milagrosas
De acuerdo a UNAM Global, un grupo de científicos encabezados por la oceanóloga Judith Sánchez Rodríguez, realizan una investigación sobre el potencial farmacológico que tienen las anémonas y medusas para atacar, mitigar y detener el crecimiento de células tumorales sin dañar células sanas.
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En la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales (UASA) del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la máxima casa de estudios, que se encuentra en Puerto Morelos, Quintana Roo, la oceanóloga Judith Sánchez Rodríguez ha encontrado este potencial.
Según la especialista, los químicos utilizados para las quimioterapias atacan a todas las células que se reproducen, y los compuestos de las medusas sólo atacarían a las células malignas.
“Hay mucho interés por los compuestos de las anémonas, de las que extraen proteínas y polipéptidos en cultivos celulares. A largo plazo, podría ser un medicamento eficaz”, enfatizó.
En el estudio, la investigadora halló que este tipo de especies marinas no son explotadas y únicamente se ocupan para encontrar la secuencia de aminoácidos que producen este efecto, lo que no pone en riesgo al ecosistema y se conservan en buen estado.
Y aunque el potencial que han encontrado en estas especies marinas, aún no hay ningún medicamento con estos compuestos, por lo que, aseguró Sánchez Rodríguez, “estamos trabajando para que en algunos años ya se pueda tener y tratar a pacientes con cáncer”.
“Falta hacer las pruebas requeridas en estos compuestos que son una fuente importante de compuestos biológicos para combatir nuestros virus y organismos patógenos”, comentó la investigadora.
Con información de La Verdad Noticias.