Los costos que anualmente deja la obesidad en México resultan más elevados que las pérdidas registradas por el huachicoleo —robo de combustible—, alertó la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Estamos hablando de cifras que son extremadamente elevadas,150 mil millones de pesos anuales, evidentemente es más de lo que representaba el problema del huachicoleo a principio del año, pero este problema (la obesidad) sigue manteniéndose y acelerándose”, explicó Cristian Morales, representante de la organización en México.
Hizo ver que los problemas derivados de la obesidad, como la diabetes, no son solo problemas de salud pública; “el problema también afecta la salud de niños y de nuestros familiares, así como nuestra capacidad de mantener un crecimiento económico o un desarrollo humano sustentable”.
Ante tal panorama, la OPS presentó un informe sobre alimentos y bebidas ultraprocesados o comida chatarra, donde se incluyen recomendaciones para la ejecución de políticas públicas, leyes, reglamentos e intervenciones efectivas destinadas a transformar el actual entorno obesogénico (que promueve la obesidad) que afecta a América Latina.
El informe fue hecho en siete países de la región, incluido México, los cuales en suma representan 80 por ciento de la población latinoamericana. El resto de los países estudiados son: Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Perú y Venezuela. De acuerdo con estimaciones de la OPS, las ventas per cápita de comida chatarra en los países analizados aumentaron 18.13 por ciento en los últimos 10 años, al pasar de 408 kilocalorías diarias en 2009 a 482 en 2019.
La mayoría de las ventas de productos ultraprocesados hasta 2014 correspondió a bebidas gaseosas, con 22 por ciento; las galletas o bizcochos, 18 por ciento, mientras que jugos, bebidas azucaradas, dulces y panes industriales alcanzaron 22 por ciento.
El informe recomienda la protección y promoción de alimentos sin procesar o mínimamente procesados, como pueden ser frutas frescas, cereales, carnes, mariscos, huevos, leche, entre otros, y a su vez platillos recién preparados.
También recomienda identificar los tipos de productos ultraprocesados, cuyas ventas, asegura el texto, deben limitarse con medidas regulatorias por parte de los gobiernos de cada país.
Con información de Milenio.