El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no ha logrado cubrir con sus militantes las 6 mil 156 casillas que prevé instalar en todo el país para la elección interna de su nueva dirigencia, prevista para el 1 de septiembre.
Hasta ahora sólo tiene el 10% de cobertura, con presidente y secretario de casillas, a pesar de que se han realizado dos insaculaciones.
En un informe que recibió el Consejo Político Nacional, la dirigencia priista se enteró de que, a un mes de que se realice la elección interna, falta cubrir el 90% de los 12 mil presidentes y secretarios de casilla que se requieren. De ahí la determinación de que los órganos auxiliares de cada estado propongan a los funcionarios de las mesas receptoras de votos.
La principal negativa de los funcionarios propuestos en las dos insaculaciones realizadas es que no son militantes del PRI, y por eso no fueron avalados para vigilar la elección interna que, desde su inicio ha tenido problemas.
Desde antes del arranque de campaña, los aspirantes a la dirigencia se confrontaron con quien consideran el “candidato de la cúpula”, Alejandro Moreno, quien recibió el apoyo de 11 de los 12 gobernadores que el PRI tiene actualmente.
José Narro, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), renunció precisamente por esa situación y acusó que se estaba gestando una simulación para imponer al exgobernador de Campeche, a quien llaman “Amlito” por su supuesta cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ulises Ruiz, exgobernador de Oaxaca, uno de los más críticos de la organización del proceso interno de selección del nuevo presidente priista, fue retirado de la inscripción bajo el argumento de que no cumplía con los requisitos estatutarios de apoyo de los sectores partidistas. El oaxaqueño acusó al expresidente Enrique Peña Nieto de meter las manos en la competencia.
En el proceso de selección interna del PRI se enfrentó otro problema: el uso del padrón que tiene registrado ante el Instituto Nacional Electoral (INE), porque de los 6 millones 605 mil 740 militantes inscritos, más de 5 millones tienen inconsistencias e irregularidades.
Luego vino la complicación económica. En un inicio el PRI solicitó al INE que organizara su elección, cuyo costo se tasó en 230 millones de pesos, pero no contaba con los recursos, por lo que pidió un préstamo bancario que le fue rechazado. Ante tal situación, determinó organizar su propia elección, a un costo de 80 millones de pesos, pero para hacerse del dinero tuvo que hipotecar –por 100 millones de pesos– uno de sus edificios ubicado en José María Lafragua número 3, en la colonia Tabacalera.
Después de todos estos escollos, el Revolucionario Institucional enfrenta ahora dificultades para tener a los presidentes y secretarios de las 6 mil 156 casillas. A un mes de la elección, únicamente tiene cubiertas 600, apenas el 10%, por lo que existe la inquietud de que Alejandro Moreno aproveche el vacío para poner a sus simpatizantes y manipular la votación.
Con información de Proceso.