Por: Olga Sánchez Cordero
Visibilizar para remediar desigualdad y violencia.
El gobierno mexicano trabaja para garantizar los derechos de las mujeres y que no solo queden en papel.
La violencia y la discriminación contra las mujeres y las niñas ha sido un fenómeno que, por cuestiones arraigadas en nuestra sociedad, no había sido visibilizado ni integrado en la agenda pública de nuestro país. Este problema debe de ser erradicado bajo una
voluntad inquebrantable. Ese es nuestro compromiso desde el Gobierno de la Cuarta Transformación.
La violencia que hemos sufrido las mujeres históricamente es, sin duda, una de las violaciones a los derechos humanos más graves, extendidas, arraigadas y toleradas en México y en el mundo
Se manifiesta mediante machismos cotidianos, una ideología muy arraigada en nuestra cultura que abarca muchas prácticas, discursos y comportamientos encaminados a denigrar a mujeres y niñas.
Prácticamente todas las personas somos educadas siguiendo esta ideología, por lo que de manera consciente o inconsciente continuamos replicando este sistema.
Podemos observarlo en la mayoría de los lugares y aspectos cotidianos de la vida. La observamos en el hogar, el espacio público, la escuela, el trabajo, el ciberespacio, la comunidad, la política y las instituciones, entre otros.
Se ejerce en diversas formas con distintas gravedades, pero su resultado es el mismo: no permitir el ejercicio de derechos y restringir la calidad y proyecto de vida de mujeres y niñas.
Para afrontar este problema, tanto la legislación nacional como el marco internacional prevén formas de protección para superar las desigualdades y garantizar el acceso a los derechos. Sin embargo, los derechos se adquieren cuando se ejercen y, en la realidad, miles de mujeres y niñas viven en un entorno que no les permite su libre ejercicio, ocasionando que estos queden como simples “derechos de papel” plasmados en la ley y en los discursos.
Esta situación no puede continuar y no lo permitiremos.
¿Qué ha hecho el Gobierno de la Cuarta Transformación para erradicar estas prácticas discriminatorias, machistas y misóginas?
Principalmente, se han impulsado reformas, ratificado tratados internacionales, establecido penas más duras y creado instituciones encaminadas a erradicar este problema. A pesar de ello, garantizar la igualdad es todavía un proyecto con un camino por delante, que necesita la cooperación de todas y todos.
En la Secretaría de Gobernación creemos firmemente que no debemos centrar nuestra atención exclusivamente en el castigo, ya que es una intervención ex post que hace poco por prevenir y erradicar las condiciones que propician la comisión de los actos de violencia. Más bien, nuestro deber es diseñar y promover un cambio en la estructura social en la que se fomente una verdadera cultura de igualdad y se provea a las mujeres de herramientas efectivas y suficientes que les permitan salir de las condiciones de desigualdad que propician
las diferentes formas de violencia.
Nuestros esfuerzos deben ser para que, en conjunto con la sociedad, replanteemos nuestro pacto social y cultural. Esto implica dejar de replicar la visión estereotípica de mujeres y hombres, y cambiar los sistemas mediante los cuales se reproducen
La creación de instituciones no basta, como Estado debemos vigilar su adecuado funcionamiento y trabajar en coordinación y colaboración, para generar sinergias que remedien las desigualdades y erradiquen la violencia. En esta administración trabajamos sobre seis ejes clave: autonomía económica, salud y bienestar, cuidados, no violencia, participación igualitaria y entornos seguros y en paz.
En este gobierno estamos comprometidos a trabajar por el cambio. Aunque para realmente realizar una reestructuración de este sistema social y cultural es necesario trabajar desde distintos frentes, no solo desde la política; sino desde la responsabilidad que debemos asumir todas las personas como agentes de cambio.
Recordemos que los tiempos que nos ha tocado vivir son de igualdad y nada ni nadie debe restringir el acceso a los derechos. El conocimiento de nuestros derechos nos hará libres.