«El dilema de la Quinta Avenida»
En el 2015, comerciantes y ciudadanos de Playa del Carmen informaron a Noticaribe que: «… la Quinta Avenida de Playa del Carmen, verdadera columna vertebral y rostro de este destino, luce descuidada por la falta de atención y mantenimiento: los adoquines están rotos y despintados, las bancas destartaladas y remendadas y hasta se observan cacharros abandonados en plena zona peatonal».
En la nota, el corresponsal añade que: «Algunas de las bancas de madera que se colocaron durante la última remodelación de la popular Quintana Avenida, hace ya varios años, no sirven para sentarse o son sostenidas por piedras. Otras, en su centro, tienen plantas sin podar o son usadas para colocar bolsas de basura, lo que exhibe la falta de atención y deficiencia de los servicios públicos, a lo largo de la vía más
importante de la ciudad para la actividad turística. El tramo más descuidado es el que va de la Calle 4 hasta la Avenida Constituyentes, que es la parte más antigua de la zona peatonal de Playa del Carmen, y por donde cada día transitan miles de turistas de todas las partes del mundo».
La preocupación de la ciudadanía en general, y de los prestadores de servicios turísticos en particular, data desde mucho antes del 2015; pero fue en esa época que se intensificaron los reclamos a las autoridades municipales, porque ya desde entonces la Quinta Avenida mostraba señales de deterioro.
Al año siguiente, habitantes de la zona expresaron que: «Es muy desagradable que a cada rato se estén regando las aguas negras aquí: sale con restos de basura y hasta con heces fecales… Porque eso sí, ahora que ya está Aguakán y no CAPA, esta empresa te cobra lo que quiere». En esa ocasión, nuevamente algunos prestadores de servicios turísticos se quejaron a las autoridades, pues: «no es la primera vez
que ocurre un evento así» —dijeron los entrevistados—. Pero el problema no es un hecho aislado, porque: «Estos derrames de aguas negras suceden en promedio unas tres veces al año y se suman a otros puntos donde también ocurren, como la Quinta Avenida, Constituyentes y la calle Primera Norte» — notificaron los afectados.
En fechas posteriores, «Una vez más un rebosamiento de aguas negras se registró en la Quinta Avenida. El sitio exacto donde sucedió este evento fue en la Quinta Avenida con calle 14 bis…, donde se sitúan restaurantes y comercios…» —señaló el mismo diario—. Uno de los comerciantes entrevistados añadió a la nota que: «… este desperfecto es de los puntos más negativos que observan los turistas, por lo que
pidió que se le diera pronta solución, pues ha sucedido que, debido a esta situación, los visitantes optan por no consumir en los negocios aledaños, por el mal olor que se esparce».
Todos los que tenemos más de diez años viviendo en Playa del Carmen, sabemos que la Quinta Avenida lleva más de 12 años sin ser atendida. Asimismo, que los justos reclamos de la ciudadanía, restauranteros y comerciantes no surtieron efecto, porque las autoridades municipales de los trienios anteriores no prestaron la debida atención ni destinaron recursos para darle el mantenimiento requerido.
Teniendo en cuenta todo este derrotero, y que el estado de deterioro de la Quinta Avenida se agudizó mucho más en los últimos cinco años, era de suponer que el inicio del proyecto de remodelación y acondicionamiento de la Quinta Avenida, el cual incluirá algunas calles aledañas y el parque Fundadores, fuera acogido con absoluto beneplácito por la inmensa mayoría de los habitantes de nuestra municipalidad.
Sin embargo, ahora, hay ciudadanos, incluso empresarios, que no están de acuerdo con la remodelación. Y esto llama mucho la atención, puesto que las críticas carecen de fundamento lógico, en el sentido estricto de la palabra, ajustándonos a la realidad objetiva, es decir, al hecho histórico de la necesidad urgente de mejorar la infraestructura de la Quinta Avenida, de una manera eficiente. ¿Qué significa
esto? Debemos contemplar dos aspectos muy importantes: 1)- la remodelación debe ajustarse a las necesidades materiales e infraestructurales derivadas de esos doce años de completo abandono, por parte de los gobiernos priístas y panistas anteriores; y 2)- la finalidad esencial del proyecto debe enfocarse en fortalecer la imagen turística de Playa del Carmen, en aras de vigorizar su posicionamiento
como uno de los destinos vacacionales más importantes y preferidos de América Latina y el mundo.
A tan solo un día de haberse hecho oficial la noticia, un grupo de personas de nuestra ciudad se ha mostrado inconforme con el proyecto presentado, cosa que ya, desde este preciso instante (por su transparencia), debió generar cierta confianza, puesto que algo así no tiene precedentes en el derrotero político-administrativo de Solidaridad.
Pero bueno, concentrémonos en las opiniones. ¿Por qué no están de acuerdo? Unos alegan que no es buen momento para hacer obra pública, pues, estamos atravesando una pandemia. Otros plantean que el presupuesto debe destinarse para la emergencia. En lo que concierne al gasto de las operaciones, están los que aseguran que el presupuesto destinado para la obra es mucho, y que eso indica que hay
corrupción. Y, por último, están los que no les agrada mucho el concreto, y prefieren la arena en los pies. La libertad de opinión es un derecho constitucional. Por tanto, para que dicho ejercicio sea un acto fundado, la pluma debe desplegarse con auxilio del prisma de Galileo, para poder cumplir con el sagrado deber periodístico de la incesante búsqueda de la verdad, con objetividad.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el actual gobierno municipal, dirigido por la presidenta Laura Beristain, desde un inicio atendió el viejo reclamo de los ciudadanos y comerciantes en torno a la remodelación. Por tanto, el presupuesto para este proyecto ya estaba aprobado con anterioridad y no tiene nada que ver con lo que se destinó para la emergencia sanitaria. Por otro lado, comenzar con los
arreglos ahora que la economía está paralizada, permite avanzar más rápido antes que la etapa de recuperación económica llegue a su máximo nivel. En este punto, «la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya apoya la remodelación de la Quinta Avenida durante la etapa de relanzamiento del destino, porque no afectará su imagen… En rueda de prensa virtual ofrecida por Conrad Bergwerf, presidente de la organización, sostuvo que es prudente que el ayuntamiento realice la remodelación en la temporada baja de llegada de turismo y no en la temporada alta; contrario a lo que el Consejo Coordinador Empresarial pedía, que suspendieran la obra hasta el próximo año».
Como dato relevante, cabe añadir que el proyecto de remodelación, atendiendo al viejo reclamo de diversos sectores de la municipalidad, tanto de organizaciones sociales como del sector empresarial, después de haber sido analizado rigurosamente por parte de los expertos en la materia, se sometió al escrutinio de la ciudadanía, en diversos espacios y foros de debate. En todos los casos recibió el apoyo de la mayoría. Todo este proceso quedó registrado en la documentación oficial, la cual está disponible a los interesados, quienes pueden solicitarla sin dificultad a través de Transparencia.
En concreto, el proyecto no es algo nuevo ni tiene un trasfondo: se socializó en varios frentes después de muchas reuniones; pero, con la llegada masiva del sargazo, un grupo de empresas solicitó que el proyecto se llevara a cabo después de la recuperación, y se puso fecha: para el 15 de abril del 2020.
¿Qué es en realidad lo que se pretende remodelar? Según la Caja de datos publicada en los boletines oficiales, el proyecto contempla:
1. Limpieza y retiro de elementos que obstruyen la circulación: teléfonos públicos inservibles, cajeros automáticos desordenados, estructuras comerciales invasivas.
2. Sustitución de adoquín por adocreto con mayor durabilidad, permeabilidad y mejor apariencia, con una imagen singular para esta emblemática calle.
3. Los equipamientos urbanos se ubicarán en las intersecciones y en las bajadas a playa, para no dificultar la circulación: racks para bicicletas, bancas, botes de basura y estelas informativas.
4. Se reemplazarán las luminarias, buscando que la iluminación sea homogénea y cálida, sin restarle fuerza a los locales comerciales.
5. Se mantendrán los árboles existentes y se reforzará con nuevas especies de la región, en las calles perpendiculares y donde sea necesario, buscando ampliar el área de sombra.
La remodelación busca integrar todo el cuadrante delimitado al oeste entre la calle 10 y la playa y al oriente, por la calle 14. Consistirá en: rehabilitación de adoquines con mayor permeabilidad, mejora de luminarias, corrección de niveles, pozos de absorción en secciones inundables, modernización del mobiliario urbano, así como la dignificación de todas las entradas a la playa. Asimismo, se hará el
replanteamiento de los árboles de la avenida, para lograr una sombra amena para el paseo.
En el parque Fundadores se mantendrán los elementos emblemáticos, tales como, por ejemplo: la Iglesia del Carmen y el Portal Maya. Se busca resaltar la belleza del mar y la playa. Este espacio se convertirá en un gran anfiteatro con el mar vestido de azul turquesa como telón de fondo. Se ampliarán visual y físicamente los límites del parque, integrando las calles perpendiculares y el paseo marítimo. El parque mejorará la fluidez entre el muelle y la Avenida Juárez, a través de la integración de rampas, logrando una ciudad inclusiva, con accesibilidad universal.
Cuatro empresas ganaron los contratos de obra mediante licitación pública, y la ejecución se dará en varios frentes simultáneos, en busca de mayor rapidez en sus procesos.
La obra está contratada para un período de 150 días; pero se buscará concluir la Quinta Avenida en el segundo mes, para no afectar a los comercios una vez que inicie la recuperación económica.
Como se puede apreciar, el proyecto está justificado. Además, no representa un obstáculo en el trabajo coordinado interinstitucionalmente que realiza el municipio, con la finalidad de atender su prioridad actual más importante: la emergencia sanitaria y los efectos del COVID-19.
Toda crítica es válida, siempre y cuando el objetivo sea el bien de la comunidad. La Quinta Avenida es unos de los lugares más representativos de Playa del Carmen; es tan conocida en el mundo como su similar neoyorquina. Demás está decir que su remodelación no puede ser solo de retoques: debe ser profunda, ajustada a las necesidades y a los nuevos tiempos; pero sin perder su esencia sociocultural.
Es evidente que lograr consenso es una ardua tarea que demanda de los gobernantes, no solo buenas intenciones, sino, el dominio del arte de la comunicación social. Lo mismo se puede decir de los ciudadanos, cuya libertad de expresión deben asumirla como un acto responsable, al cual debe dedicársele todo el tiempo necesario, en virtud de que los buenos juicios no surgen por obra y gracia de la imaginación, sino de la investigación y la información fáctica.
Así que, ¡a darle que es mole de olla!