La caravana de mil 500 migrantes centroamericanos que el sábado partió de Tapachula hacia el centro del país, llegó a Huehuetán, luego de haber recorrido a pie 22 kilómetros, informó el sacerdote Heyman Vázquez Medina, director del albergue Nadie es extranjero.
El grupo tiene planeado partir mañana durante la madrugada de ese lugar hacia Huixtla, ubicado a unos 18 kilómetros, en la costa de Chiapas, informó.
La mayoría de los miembros de la caravana pernoctó la noche del domingo en Huehuetán y sólo unos 300 llegaron al parque de Huixtla, “pero el municipio les está ofreciendo transporte para llevarlos Escuintla (el siguiente poblado) porque no quiere que se queden”, agregó.
Como sucedió en la anterior caravana, ni el gobierno ni la población, están brindando ayuda humanitaria a los migrantes, hombres, mujeres y niños que caminan sobre la autopista costera, explicó.
Los migrantes que llegaron a Huixtla acudieron a comer a la parroquia. “Los demás ni agua les dan, pues no hay la intención de apoyarlos”, mencionó.
La mayoría de los centroamericanos que viene en el grupo “no se quiere separar sino caminar juntos y lo que me dijeron es que pretenden salir de Huehuetán mañana a las 04:00 horas para caminar en la madrugada porque está haciendo mucho calor”, comentó.
La agrupación Pueblos sin Fronteras, dirigida por Irineo Mújica, dijo que “el inusitado aumento de la estigmatización y criminalización de los migrantes, derivado de la construcción y propagación de un discurso de odio y xenofobia desde el propio Estado; la inocultable y creciente corrupción en el Instituto Nacional de Migración (INAMI) y la llamada nueva política migratoria, han generado un clima de violencia y violaciones a los derechos humanos de miles de migrantes y de activistas”.
“Ante la falta de un plan migratorio estructural, con una visión a largo plazo y asumiendo la movilidad humana como un derecho, el nuevo gobierno y el comisionado del INAMI (Tonatiuh Guillén López) no dimensionan que la migración centroamericana en México no puede reducirse a ocurrencias y políticas improvisadas como el Programa de Tarjetas Humanitarias, que terminó abruptamente a tan sólo a dos semanas de su implementación por el colapso del sistema burocrático, de la dependencia”, informó por medio de un comunicado de prensa.
La suspensión de la entrega del documento “fue vivida como un infierno, no sólo por miles de centroamericanos que debieron renunciar prematuramente a la posibilidad de aspirar a una vida nueva en México, sino por una población local que muchas veces ha hecho lo que el Estado no es capaz de hacer: Proveer apoyo material humanitario”, destacó.
“A partir de que este gobierno anunció el inicio de una nueva política migratoria de no contención y sustentada en el apego irrestricto al respeto de los derechos humanos, en la frontera sur de México se agudizó la crisis humanitaria reflejada, entre otras cosas, en la ausencia de apoyo administrativo y humanitario por parte del Instituto Nacional de Migración (INAMI) y de las comisiones Nacional y Estatal de Derechos Humanos, entre otras”, señaló en el documento.
“Cientos de familias, madres con hijos, menores y adultos migrantes se ven obligados a soportar el tiempo de espera en condiciones de hacinamiento en parques, aceras y en las inmediaciones de las estaciones migratorias y otros puntos en Tapachula y Ciudad Hidalgo”, comentó.
“Siguen llegando personas de distintas partes de América en busca de protección de un Estado que dice abogar por los derechos humanos, pero que en la práctica sigue una agenda global de secularización, racismo y muerte, perpetuando la deshumanización de miles de personas y subyugando toda forma de ayuda, solidaridad y acción política a favor del tránsito seguro de migrantes”, destacó.
“El reciente cierre (temporal) de las oficinas de regularización del INAMI como producto de la desesperación y hartazgo de cientos de migrantes cubanos víctimas de prácticas deshonestas, rapaces y corruptas del personal del INAMI condujo a la auto organización de una nueva caravana”, que salió el sábado de Tapachula, por lo que la agrupación se mantiene” alerta ante posibles detenciones y violencia” durante su recorrido por el país”, agregó la organización.
Con información de La Jornada.