México continuará empleando energía fósil hasta 2060.
Al menos durante los siguientes 30 años México seguirá utilizando combustibles fósiles en una proporción importante, lo cual, aunado a la demanda por relocalización de empresas, da sentido al planteamiento de construir una nueva refinería sin que se descuide la política de transición energética, consideran especialistas del sector.
“El petróleo seguirá desempeñando un papel importante en el sistema energético mundial durante los próximos 15 a 20 años”, de acuerdo con el informe BP Energy Outlook 2023, que publica de forma anual la petrolera británica.
En México, la Secretaría de Energía explicó a La Jornada que como parte de la transición energética “se contempla que hasta 2050 o 2060 dejemos de consumir combustibles fósiles, siempre y cuando también avance la innovación tecnológica en la generación limpia de electricidad y sobre todo el almacenamiento que se hace con minerales críticos que también requieren una explotación minera”.
La dependencia a cargo de Rocío Nahle refirió que el país tiene un déficit de gasolinas; más de 50 millones de autos consumen combustible diariamente, lo que equivale a más de 1.2 millones de barriles de gasolinas. La mitad de esa demanda se cubre con importaciones, pero se busca restar esa dependencia de insumos extranjeros, y ser autosuficientes, con el aumento de producción del Sistema Nacional de Refinación, con Deer Park y con Dos Bocas (Olmeca).
“Continuará en aumento el consumo y es necesario satisfacer la demanda interna. Aunado a ello, de acuerdo con datos de la OPEP, antes de la pandemia se enfrentaba un déficit de 1.5 millones de barriles de gasolinas en todo el mundo; después de la pandemia este déficit aumentó a 2.5 millones (…) La transformación no debe detenerse y si es necesario seguir construyendo nueva infraestructura para cuidar el balance de producción y consumo interno”, destacó la Sener, a consulta de La Jornada sobre la rentabilidad de una nueva refinería.
Arturo Carranza, especialista del sector energético, consideró útil discutir el planteamiento hecho por el presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre la construcción de otra refinería en el país, porque implica “una preocupación de garantizar el acceso a la energía en México, en un contexto de llegada de inversiones de otras partes del mundo”.
Carranza consideró que, sumado al nearshoring, hay un proceso global de electrificación de todas las economías, lo cual incluye a México. “Por lo menos hasta 2050, vamos a seguir dependiendo en su mayoría en la matriz energética de combustibles fósiles”, acotó.
La discusión de una nueva refinería, expuso Carranza, debe incluir el proceso de “transitar de manera gradual y progresiva hacia el uso de tecnologías limpias y renovables”. Señaló que hay varias opciones, como comprar otra refinería en Estados Unidos porque en ese país se producen combustibles más limpios, bajos en azufre; o la reconfiguración profunda de las seis plantas de Petróleos Mexicanos (Pemex), pues ahora sólo se hace una rehabilitación. No obstante, “todas las decisiones tienen que verse a partir de matices”, enfatizó.
Carranza reconoció que uno de los beneficios de la refinería Olmeca ha sido incorporar al sureste mexicano al crecimiento económico nacional. Sin embargo, el especialista insistió en que existen alternativas más viables dada la electrificación del parque vehicular. En días recientes, Bimbo, la mayor panificadora del mundo, anunció que al cierre de este año duplicará su flotilla eléctrica, para sumar 2 mil 508 vehículos de ese tipo en territorio mexicano.
Andrés Gutiérrez, ex presidente de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio, comentó a La Jornada que la industria eléctrica todavía no puede cubrir la demanda que requiere el 10 por ciento del parque vehicular, que es híbrido o eléctrico. La generación de electricidad no ha aumentado significativamente y la capacidad de transmisión lleva un rezago de 20 años, explicó.
Gutiérrez subrayó que desde el punto de vista de soberanía energética, una nueva refinería es factible porque si otro país no quiere vender gasolinas a México, lo puede hacer. Sin embargo, lo mejor es contar con una producción nacional, pero también con importaciones que pueden hacer empresas privadas, porque elaborar gasolinas no tiene un costo-beneficio favorable para el país.
Ramses Pech, experto en el sector energético, comentó que una nueva refinería no es necesaria, pues en 2035 comenzará a disminuir la demanda de combustibles en el país. Además, de acuerdo con estimaciones de las seis refinerías del SNR, se observa que la autosuficiencia de combustibles será una realidad en 2034.
“A partir de 2035 bajará la demanda del mercado mexicano y podría ser más rápido si las políticas actuales fueran actualizadas en el poder tener una transición rápida de carros de combustión a eléctricos. Pero esto no sucederá”, consideró. Son una serie de factores que Pech recuenta: si el poder adquisitivo de las personas no se incrementa, si la parte pública y privada no invierten en infraestructura para cargas de autos, si no mejora la confiabilidad del sector eléctrico, en su distribución… “complicado mutar”.
Con información de La Jornada https://tinyurl.com/yyxrckmy
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