De 2014 a 2016, el número de mujeres que ingresaron a prisión por narcomenudeo incrementó 103%, según cifras de la organización Ejecutiva de Equis: Justicia para las Mujeres.
Beatriz Maldonado fue encarcelada en 2009 en el Reclusorio de Santa Martha Acatitla por el delito de narcomenudeo. Su esposo, quien era adicto, adquirió una deuda muy grande que derivó en constantes amenazas y a que ella tomara la decisión de pagar el adeudo.
Ella se armó de valor y acudió con el proveedor de drogas, a quien le dijo: “yo voy a vender”. Y así lo hizo, a fuera del zaguán de su casa comenzó con la venta. Tres meses le bastaron para saldar la deuda, pero también para ser recluida por cinco años primero en la Ciudad de México y después en Las Islas Marías, relata la organización Ejecutiva de Equis: Justicia para las Mujeres.
La historia de Beatriz es una de las de cientos de mujeres que han pisado la cárcel por cometer delitos relacionados con drogas, la primera causa del encarcelamiento de mujeres en México, explica esta agrupación que ha lanzado una campaña denominada #LiberarlasEsJusticia, la cual busca que se libere a las mujeres que están presas por delitos como el narcomenudeo.
En entrevista con Expansión Política, Ana Pecova, directora Ejecutiva de Equis: Justicia para las Mujeres, explica que 9 de cada 10 mujeres que están en prisión por esos delitos nunca habían pisado la cárcel.
Pecova detalla que la iniciativa de Ley de Amnistía presentada el pasado 15 de septiembre por el presidente Andrés Manuel López Obrador podría beneficiar a las más de 3,000 mujeres que están en prisión por estos ilícitos siempre y cuando se modifique su contenido.
Ella aclara que la mayoría de los casos son catalogados como narcotráfico, por lo que si la iniciativa se aprueba en los términos en los que fue presentada, solo podrían ser beneficiadas 700 mujeres.
“Por delitos contra la salud hay más de 3,000 mujeres en prisión, pero esta iniciativa de ley no abarca a todas las mujeres, sino solo toma en cuenta posesión y cultivo, entonces por estos delitos podrían ser unas 700”, explica Pecova.
La propuesta de Ley de Amnistía –según ha dicho el gobierno– busca liberar en especial a tres grupos: mujeres, jóvenes y personas de origen indígena por considerar que viven en condiciones de desigualdad. En el primer caso se contempla ayudar a las personas en situación de pobreza o extrema vulnerabilidad que por indicación de la pareja, pariente, por temor infundado u obligado por grupos de la delincuencia organizada se vean obligadas a vender drogas.
Las condiciones que estipula la iniciativa de ley son:
- Que sea la primera sentencia por el delito por el cual están encarceladas, pues no aplica a reincidentes.
- No tener condenas por delitos donde se privó de la vida a una persona, se violentara el cuerpo de otra persona, por secuestro o lesiones graves con secuelas permanentes.
- No haber utilizado armas de fuego en la comisión del delito.
Pecova considera que en esta propuesta no se está viendo la perspectiva de género ni cómo es el involucramiento de mujeres en estas actividades. “(Las mujeres) son víctimas de una política punitiva. Ninguna de ellas estaba en puestos claves; ellas se desempeñaban en los eslabones más bajos y es mano de obra fácilmente reemplazable, pero de alto riesgo”.
Expone que lo que sí se está reconociendo, es la vulnerabilidad a la que se han enfrentado ciertos grupos, como los indígenas. En prisión, según registros oficiales hay alrededor de 85 mujeres indígenas que podrían ser beneficiadas en caso de entrar en vigor la ley de amnistía.
Señala que además de otorgar la amnistía, México tiene que implementar una política de reinserción para que una vez que salgan de prisión puedan desde obtener su identificación oficial, buscar empleo y vivienda.
Pecova, quien por más de 15 años ha trabajado en el campo de derechos humanos, afirma que los delitos de drogas son considerados delitos de género, porque justo es el género lo que empuja a involucrarse en este tipo de delitos.
“La tasa de crecimiento de mujeres presas crece mucho más rápida que la tasa de los hombres, y lo que está detrás son justo los delitos de drogas”.
La especialista refiere que también contribuye el sistema de justicia de México, donde los policías no tienen una capacidad real de investigar, de hecho, lo único que capturan son delitos en flagrancia.
De hecho, hay muchos casos, sostiene, donde el hijo o la pareja eran los involucrados en delitos contra la salud, pero las detenidas son las mujeres; y hay otros donde por necesidad se ven empujadas a delinquir. “Ser mujer te hace más fácil de pescar, de que caigas presa”.
Con información de Política Expansión.