Graciela González Díaz, novia de Mario Aburto Martínez, asesino confeso de Luis Donaldo Colosio, acudió a la delegación de la Procuraduría General de la República en Tijuana a declarar, cuatro días después del magnicidio.
Según Los expedientes secretos del caso Colosio, documentos revelados por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), la joven de 16 años rindió su primera declaración ministerial en la que aseguró que Aburto Martínez se hacía llamar el Caballero Águila, tenía conocimiento en el manejo de armas y estaba harto de que siempre ganara el PRI.
Graciela González, según la averiguación previa que MCCI logró desclasificar tras años de litigio, fue novia de Mario Aburto Martínez sólo 14 días y le dijo que en su grupo político lo llamaban Caballero Águila. Sin embargo, el documento desclasificado muestra que durante el careo con Mario Aburto, el 9 de septiembre de 1994, Graciela negó su primer testimonio. “No, él no me lo dijo. No me dijo lo de las armas, lo de su partido político—, confiesa y mira a Mario. La taquimecanógrafa vuelve a consignar: ‘No para de llorar'”, declaró la mujer, de entonces.
Durante el careo, Graciela aseguró que le pusieron unas hojas para que las firmara. En su primera declaración ministerial, la joven acudió a declarar acompañada de su tío Isidoro González y fue asistida por una pasante de octavo semestre de Derecho. Según su propia declaración, el 27 de marzo de 1994, Graciela y Mario Aburto se conocieron el 9 de marzo de 1993, cuando ingresó a trabajar a la maquiladora “Cameros Magnéticos”, donde fabricaban cintas para cassettes.
Graciela declaró que el 10 de marzo, Mario Aburto la invitó a conocer el Museo de Cera y ahí le mostró una estatua llamada Caballero Águila. “En mi grupo político me llaman el Caballero Águila.
Ya estamos enfadados de que siempre gane el PRI”, le dijo Mario, según la primera declaración. Aburto Martínez, indica el expediente, le confesó a su novia que sabía manejar armas; “que había vivido en Chiapas durante cuatro meses cuando se gestó el conflicto armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y que lo había llevado el Partido Cardenista”.
Una transcripción del careo entre Mario y Graciela, incluido en el expediente inédito, presenta detalles de cómo la joven fue colocada frente a su ex novio el 9 de septiembre de 1994, y cómo Mario Aburto no para de llorar durante el interrogatorio. “Graciela no pido nada en contra tuya. Puedes estar siendo intimidada, sobornada o engañada— Graciela continúa en silencio, transcurren unos segundos y lo que escucha es el llanto de Mario Aburto”.
Con información de Milenio.