El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó la tarde de ayer que “hay mano negra” en las manifestaciones de policías federales ocurridas este miércoles y aseguró que su inconformidad “no es una causa justa”.
Luego de que policías federales cerraran el Anillo Periférico a la altura de la colonia Jardines del Pedregal, en el sur de la Ciudad de México, y la Autopista México-Pachuca, en el norte de la Zona Metropolitana, López Obrador rechazó que las protestas estuvieran justificadas. “No hay ningún motivo, no es una causa justa”, dijo.
El mandatario explicó que los policías federales no están siendo obligados a integrar la Guardia Nacional, sino que unos 10 mil agentes que han aprobado las pruebas necesarias han pasado voluntariamente a engrosar las filas del nuevo cuerpo de seguridad. Éstos 10 mil mantendrán sus prestaciones, añadió.
Los policías federales que no han pasado las pruebas de la Guardia Nacional podrán seguir trabajando en la Policía Federal y se desempeñarán cuidando oficinas de gobierno, debido a que el actual gobierno no ha contratado ni contratará servicios de seguridad privada para proteger instalaciones públicas, expresó. De acuerdo con lo dicho por López Obrador policías federales cuidarían parques, museos e instalaciones de las distintas secretarías.
Sobre la Policía Federal, el presidente reiteró que desde su creación hace 20 años la corporación “no se consolidó, se echó a perder” y en su interior existen agentes que “no tienen conductas aceptables”. “Hay mano negra en esto”, agregó.
Pese a no considerar justificadas las manifestaciones de los policías federales, López Obrador advirtió que no se les va a reprimir y que podrán protestar “el tiempo que sea”.
“Los ciudadanos tenemos que resistir, aguantar, pero es en bien de todos. Esto se tiene que arreglar, se tiene que arreglar manteniendo el orden sin autoritarismo, el diálogo y con el uso de la razón. El derecho de manifestación es sagrado, no van a ser reprimidos“, afirmó, después de pedir disculpas a los ciudadanos por las molestias.
Los policías federales que se han manifestado este miércoles y que llamaron a un paro nacional el jueves 4 exigen no ser evaluados por personal militar, no vivir en cuarteles militares, ni pertenecer a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). También piden la renuncia de todos los mandos, desde comandantes de compañía hasta los directores, pues los acusan de estar involucrados en actos de corrupción y con el crimen organizado.
Con información de Aristegui.