Por Daniel Pacheco
Determinante para la vida de los ecosistemas arrecifales durante la próxima década, que las autoridades de los 3 órdenes de gobierno, especialistas y sociedad civil eliminen las descargas sanitarias y contaminación en sistemas subterráneos que terminan en el mar.
Y es que Melina Soto, representante de la asociación civil Arrecife Saludable, indicó que menos del 50% de las zonas urbanas de la entidad están conectadas de manera adecuada al drenaje, mientras que el resto se convierte en contaminación directa al manto freático.
Recalcó que este daño ambiental continúa representando la principal amenaza para arrecifes y corales, especies marinas que además enfrentan el Síndrome Blanco, el impacto anual de la industria turística y el cambio climático.
” La próxima década será crucial para ver si logramos tomar estas medidas en serio y actuar porque son más las amenazas porque obviamente encima de todo eso la mayor es la del cambio climático, entonces vemos que nuestras naciones no están haciendo nada para actuar en contra del cambio climático; entonces todas esas otras presiones que yo te decía de la calidad del agua, el bloqueador, el uso turístico, todo eso se va añadiendo al cambio climático, entonces si no logramos reducir todas estas presiones que ayudan a los corales aguantar la mayor de la presión que es el cambio climático yo creo que en la próxima década ya estaremos viendo un cambio drástico en este ecosistema y la realidad es una pérdida, es un cambio de fase, entonces ya estaremos perdiendo todos esos servicios que nos provee el arrecife: la protección a la costa, las playas, la arena, la comida, y el atractivo turístico, de los que están por encimita y que nos generan literalmente millones de dólares al año”, señaló.
De acuerdo a los investigadores, actualmente existe una afectación por el síndrome Blanco en el 40% de los arrecifes de Quintana Roo, a lo largo de los 450 kilómetros de línea costera, que además forma parte del arrecife mesoamericano.