Las tortugas son animales que han sido capaces de sobrevivir durante miles de años. Lo que las ha convertido en testigos de la evolución de la vida en nuestro planeta, ¡son incluso más antiguas que las serpientes! ¿Sabías que la tortuga fósil con caparazón más antigua data de hace 210 millones de años?
Las tortugas son inconfundibles, las caracteriza un fuerte caparazón que cuida sus órganos internos y les da protección contra los depredadores. Este caparazón puede variar en forma, color y tamaño de acuerdo al ecosistema que habita, lo que les permite sobrevivir y adaptarse a una gran variedad de ambientes.
En las Áreas Naturales Protegidas (ANP) de México podemos observar tortugas que habitan bosques, desiertos y selvas tropicales, mientras que a las tortugas marinas las podemos encontrar a lo largo de las costas mexicanas.
En México tenemos presencia de 6 tortugas marinas: la tortuga laúd (Dermochelys coriacea), que es la más grande del mundo; la tortuga verde (Chelonia mydas), que recibe ese nombre por la grasa de tono verdoso en su cuerpo; la tortuga caguama (Caretta caretta), la cual se distingue por poseer una coloración más rojiza y por una cabeza más gruesa y grande; la tortuga lora (Lepidochelys kempii) que es la tortuga marina más pequeña, midiendo entre 52 y 74 cm; la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea) que suele medir alrededor de 75 cm; la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), cuyo rasgo más distintivo es la bella trama de tonos cafés y verdes que decoran su caparazón.
También es relevante mencionar que, en el Área de Protección de Flora y Fauna (APFF) Laguna Madre y Delta del Río Bravo, habita la tortuga del desierto (Gopherus berlandieri), la cual tiene una importante función en la germinación de las semillas de nopal. Al pasar por el tracto digestivo de la tortuga, la semilla tiene mayor probabilidad de germinar y esto ayuda a la regeneración constante del ecosistema. Actualmente, la tortuga del desierto se encuentra amenazada por la práctica extensiva de la agricultura, pues al ser arrancados los mezquites y nopales que le proporcionan refugio contra el sol se modifica drásticamente su hábitat.
La tortuga de Cuatro Ciénegas (Terrapene coahuila) es otra especie mexicana endémica que habita en el Área de Protección de Flora y Fauna (APFF) Cuatro Ciénegas y se distribuye en lagunas, posas y arroyos de aguas poco profundas. Lamentablemente, la pérdida de su hábitat y su venta como mascota han provocado que se le catalogue como especie amenazada.
Éstas son sólo algunas de las especies de tortugas con las que tenemos el privilegio de contar en México, todas ellas necesarias y vitales para sus respectivos ecosistemas. Por ello, nuestras acciones cotidianas deben ser sensibles y contribuir a la conservación de la biodiversidad.