Existe un creciente interés por el cultivo de las plantas llamadas “carnívoras”, en el mundo se reconocen alrededor de 730 especies y a pesar de esta gran diversidad, la mayoría de personas que conocen o han escuchado algo sobre este grupo piensan inmediatamente en la famosa venus atrapamoscas (Dionaea muscipula), pero existe una gran variedad de especies, pertenecientes a 11 familias botánicas, distribuidas prácticamente en todo el mundo, con excepción de zonas desérticas sujetas a aridez extrema y latitudes polares extremas, en México existe una gran cantidad de ellas y es famoso por su gran cantidad de especies de Pinguicula.
Las plantas carnívoras se les reconoce porque presentan diversas adaptaciones encaminadas a: atraer presas animales mediante aromas dulces, néctar, coloración conspicua u otros medios visuales; Atrapar presas animales a través de cualquier forma o adaptación morfológica que directa o indirectamente conduce a la muerte de la víctima; obtener beneficios mediante la absorción de nutrientes provenientes de la presa en partes específicas de la planta especialmente adaptadas para tal fin. Estas tres características las hace únicas en el reino vegetal.
Genéricamente se le ha dado el nombre espectacular de “plantas carnívoras” pero para la gran mayoría de especies su principal presa son los insectos, por lo que el término “insectívoras” sería más adecuado.
A pesar de que en México se distribuyen una gran cantidad de especies carnívoras pertenecientes a distintas familias botánicas, son poco conocidas por la mayoría de las personas.
La familia Lentibulariaceae es la mejor representada en México, agrupando a tres géneros: Utricularia, Genlisea y Pinguicula, este último destaca en nuestro país debido a que de las aproximadamente 100 especies que se han descrito para el mundo, en México se pueden encontrar 50 especies, la gran mayoría de ellas endémicas.
La riqueza biológica de Pingüiculas que posee México se ha incrementados considerablemente, debido a que en los últimos dos años se han descrito siete nuevas especies (Pinguicula pygamea, P. olmeca, P. robertiana, P. rsedowskiana, P. casperi, P. michoacana y P. zamudioana) y seguramente en los años por venir se seguirán descubriendo nuevas especies. En Veracruz es posible encontrar tres especies: P. moranensis, P. lilacina y P. emarginata.
Este grupo de hierbas anuales o perenes forman rosetas de hojas con aspecto grasiento, posee el sistema de captura mas primitivo, el cual consiste de hojas cubiertas con pelos glandulares que producen un líquido mucilaginoso que atrae y atrapa pequeños insectos, que luego son digeridos y absorbidos por la planta, los márgenes de las hojas pueden ligeramente enrollarse hacia dentro para tener mayor contacto con la presa.
Las características que hacen altamente atractivo este grupo son su gran variación en el tamaño, color y forma de las hojas arregladas en forma de roseta, así como de sus flores solitarias y terminales que varían en forma, tamaño y coloración, motivo por el cual algunas poblaciones han sufrido de colectas excesivas de individuos para satisfacer la demanda comercial, además que en algunos casos han sufrido alteraciones en su hábitat, ocasionando que su número poblacional disminuya drásticamente, si lo anterior se le suma que muchas especies son microendémicas y con un número limitado de poblaciones, el riego de desaparecer incrementa, por lo cual es necesario buscar alternativas de conservación y propagación para contrarrestar éstas amenazas.
Por lo anterior y debido a la importancia de México como centro de diversidad de este género, es que el Instituto de Ecología, A.C. (INECOL) a través del Laboratorio de Cultivo de Tejidos Vegetales, está estableciendo una importante colección de las especies mexicanas de Pinguicula, tanto en condiciones de invernadero, así como in vitro.
Las Pingüiculas se pueden reproducir por semilla o vegetativamente por división de la planta y a partir de hojas separadas de la planta, una alternativa de reproducción rápida, masiva y eficiente es empleando las técnicas de cultivo de tejidos vegetales (cultivo in vitro), las cuales se basan en el cultivo bajo condiciones asépticas de prácticamente cualquier parte de la planta sobre un medio de cultivo químicamente definido y condiciones de cultivo controladas.
Con estas técnicas se puede reproducir (clonar) las plantas de manera continua, ofreciendo una excelente alternativa para el estudio, conservación, propagación y uso sostenible de una gran variedad de plantas.
Es importante señalar que los requerimientos específicos de propagación in vitro pueden variar de una especie a otra por lo que cada protocolo de microporpagación se tiene que definir experimentalmente, labor que hemos estado llevando a cabo en el INECOL desde hace unos años. Es así que a la fecha se han colectado y cultivado, tanto en invernadero como in vitro, 38 especies mexicanas y 5 especies provenientes de otros países, lo que la hace una de las colecciones más completas e importantes de su tipo en nuestro país y posiblemente en el mundo. A corto plazo se buscará que la Asociación Nacional de Jardines Botánicos le otorgue el reconocimiento de colección nacional.
Parte de está colección se puede apreciar en el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero del INECOL ubicado en Xalapa,Veracruz; donde continuamente se muestran diferentes especies de plantas carnívoras, por lo que se extiende una invitación a visitarlo y conocer mas de este carismático grupo.
Con información de Inecol.