Se estima que, al año, México vierte a los mares un millón de toneladas de plástico y 9 mil millones de envases de pet, donde permanecerán por cientos o miles de años. Muchos de esos materiales se fragmentan y los peces o mamíferos marinos los ingieren. Pese a los daños ambientales que esos plásticos ocasionan, en el país sigue sin regularse su manejo, pues hay al menos 40 proyectos de leyes en el Congreso de la Unión, advirtió Esteban García-Peña, director de campaña de plásticos y restauración pesquera de la organización Oceana.
En entrevista, anunció que hoy, Día Internacional de los Océanos, como recordatorio del compromiso de los legisladores, se develará el mural Diosa del agua, a unos pasos de la sede legislativa. “Deben legislar a favor de la salud y los mares. En la actualidad, apenas 5 por ciento de los plásticos desechables se recicla –70 por ciento gracias a la pepena–, pero no será suficiente si no se garantiza la reducción desde su origen”, indicó.
Hay presión de la industria en contra de aumentar el reciclaje, de reducir desde su origen los plásticos; “hubo un cabildeo potente con ciertos grupos parlamentarios que llevaron a la firma del Acuerdo nacional para la nueva economía del plástico”. Éste fue impulsado por los senadores Jorge Carlos Ramírez Marín, del PRI, y Ricardo Monreal, de Morena.
“Habrá más botellas que peces”
Ese acuerdo no considera la reducción de plásticos desde su generación, ni una economía circular real; en cambio, incluye la incineración –altamente contaminante– y plantea el reciclaje de 30 por ciento; fue un intento de engaño, agregó. Bajo el esquema que ofrece la industria en ese acuerdo, para 2050 existirá el doble de plástico: “habrá más botellas que peces”.
Ahora, con la pandemia de Covid-19 ha habido un abuso en el uso de plásticos y embalajes con el tema de que aíslan del coronavirus. “Es un oportunismo que han hecho miembros de la industria, que han lanzado desplegados y reportajes ensalzando el plástico para evitar enfermedades, cuando es una superficie donde el virus puede vivir hasta tres días”. Los plásticos importantes son los que usan los médicos y enfermeros, que los protegen y aíslan del virus, en los hospitales. El problema son los plásticos de un solo uso que terminan en el mar.
Consideró que se debe dar más información sobre cómo usar las caretas y cubrebocas, así como acerca del destino final de éstos. “La situación de la pandemia no hizo entender que se ha abusado de los ecosistemas y la basura, los ciudadanos deben ser responsables en el confinamiento de estos artefactos”, planteó.
Con información de La Jornada.