Thomas Cook, la compañía de viajes más antigua del mundo, ha quebrado e iniciado un proceso de liquidación. Las negociaciones con entidades crediticias sobre un financiamiento adicional de su deuda no lograron salvar a este gigante turístico del Reino Unido.
La Autoridad Civil de Aviación del Reino Unido ha anunciado en un comunicado el cese de todas las transacciones del grupo con efecto inmediato y ha señalado que todas las reservas realizadas por este, tanto de vuelos como de ‘packs’ de vacaciones, han sido canceladas. La página web de la compañía ha dejado de estar disponible.
Thomas Cook Group, including the UK tour operator and airline, has ceased trading with immediate effect.
— UK Civil Aviation Authority (@UK_CAA) September 23, 2019
All #ThomasCook bookings, including flights and holidays, have now been cancelled.
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El Gobierno británico, junto con la Autoridad Civil de Aviación, ha iniciado el proceso de repatriación de las decenas de miles de clientes de Thomas Cook que se encuentran en el extranjero, la operación más grande de este tipo en la historia del país en tiempos de paz.
Se estima que alrededor de 600.000 personas que contrataron los servicios de la compañía están de viaje en estos momentos, alrededor de 150.000 de las cuales son británicas. El grupo ha anunciado vuelos de regreso a Reino Unido desde la mayoría de los destinos durante las próximas dos semanas.
“Quisiera disculparme ante nuestros millones de clientes y miles de empleados, proveedores y socios que nos han apoyado durante tantos años”, ha afirmado el director ejecutivo del grupo, Peter Fankhauser, en las primeras horas de este lunes. “Es una cuestión de profundo pesar para mí y del consejo que no tuviésemos éxito”, ha agregado.
Además de los turistas que quedaron a la deriva, los 21.000 empleados de la compañía se enfrentan a un escenario de despidos masivos en 16 países y sus 550 oficinas en Reino Unido afrontan un posible cierre.
El gigante turístico, fundado en 1841, comenzó sus servicios ofreciendo excursiones locales en tren, sobrevivió las dos guerras mundiales y fue el primero en ofrecer viajes organizados en Europa, expandiendo con el tiempo la geografía de sus operaciones.
Deuda millonaria
La quiebra se produce luego de que Thomas Cook no lograra asegurar de sus acreedores un financiamiento adicional de 200 millones de libras esterlinas (unos 250 millones de dólares) para sostener sus servicios turísticos durante los meses de invierno. Esta solicitud acabó boicoteando un acuerdo de rescate de más de 1.100 millones de dólares que llevaba meses en desarrollo.
El grupo, golpeado por la competencia de los servicios de viaje en línea y en parte por las recientes olas de calor en Europa, que empujaron a sus clientes a posponer las reservas de última hora, está devastado por una deuda de 1.700 millones de libras esterlinas (más de 2.122 millones de dólares).
Además de la serie de malos acuerdos que Thomas Cook acumuló en la última década, otros factores que contribuyeron a su fuerte endeudamiento fueron los cambios en el mercado turístico y los acontecimientos geopolíticos recientes.
Según indicó el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, el Gobierno de ese país rechazó una solicitud de rescate de alrededor de 187 millones de dólares porque aceptarla habría constituido un “riesgo moral” para otras empresas. “Haremos nuestro mejor esfuerzo para llevar [a los pasajeros] a casa”, cita Reuters a Johnson.
Repercusiones internacionales
Compañías turísticas y aerolíneas competidoras prevén beneficios por la salida de Thomas Cook del mercado. Las acciones de TUI, por ejemplo, han incrementado en casi un 10 % tras el anuncio de bancarrota.
No obstante, la quiebra de Thomas Cook, que registraba cerca de 19 millones de clientes anuales, podría afectar a largo plazo a las economías de sus principales destinos. Entre ellos se cuenta España, que la compañía consideraba su “destino de vacaciones número uno”.
De acuerdo con estadísticas del operador aeroportuario Aena, este lunes se han cancelado 46 vuelos en ese país programados por el grupo británico, que en 2018 había llevado a España 3,62 millones de viajeros. Según informa Hosteltur, varios hoteleros españoles intentaron fallidamente recolectar 107 millones de euros para rescatar al operador de viajes.
Ahora se teme que cerca de 2.500 empleados de Thomas Cook en España pierdan su trabajo. Otros proyectos del grupo en el país, entre ellos la adquisición de dos hoteles en Canarias y Baleares —por los que gestionó un préstamo de 51 millones de euros del banco español Caixabank—, también permanecen inciertos.
Turquía, otro de los principales destinos de la firma, ha prohibido a los hoteleros turcos desalojar a turistas de Thomas Cook. Según anunció el Ministerio de Cultura y Turismo del país, las empresas que intenten expulsar o cobrar el alojamiento de esas personas se exponen a acciones legales en su contra.
Con información de Actualidad RT.